Atendiendo a composiciones como ‘Me conformo’, ‘Estando contigo’, ‘La chica ye-yé’, ‘Tómbola’ o ‘Penélope’, podríamos concluir que Augusto Algueró definió el sonido de una época, especialmente los 60, los tiempos en que la canción española se encontraba con el pop, a menudo asociada con alguna película (Algueró se encargó de la también inolvidable música de films como ‘El día de los enamorados’) y en algún caso a Eurovisión (fue director de orquesta cuando todavía existía esta figura en el festival). Sin embargo, quiero pensar que a pesar de que exista exactamente el mismo abismo entre el estilo de Algueró y la música underground, y él y la radiofórmula española de hoy en día, estas composiciones están reconocidas por todos como muchos de los mejores clásicos de todos los tiempos de nuestro país.

Por alguna razón hay un punto de comicidad en escuchar a un grupo de hoy en día versionando canciones españolas de los años 60. Parece, como siempre, que el pop-rock que nos viene normalmente desde las islas o Estados Unidos, es lo bueno de verdad y nuestro folclore está lleno de gracietas. Antes de que varios artistas independientes, como Los Planetas o Señor Chinarro, se acercaran al flamenco, antes de que Enrique Morente trabajara con Lagartija Nick, antes de que Corazón reivindicaran con orgullo la canción melódica, para mucha gente era casposo equiparar el pop español de los 60 con el internacional. Hoy, a estas alturas, podemos decir sin temor a resultar horteras (que si lo resultáramos, en cualquier caso, nos daría igual) que es una suerte haber escuchado en nuestro idioma letras con arreglos y composiciones tan fantásticos como los escritos por Augusto Algueró.

El compositor, que ha muerto hoy a los 76 años mientras dormía, a causa de una parada respiratoria en Torremolinos, comenzó su carrera musical cuando sólo era un adolescente estudiante de Medicina en Madrid, escribiendo temas cuyas letras solían ser de Antonio Guijarro. Pronto se convirtió en un nombre obligado de películas de Joselito, canciones que se presentaban al Festival de Benidorm y hasta hoy ha aparecido por los créditos de monstruos de la comercialidad como ‘Torrente’. Su matrimonio durante 13 años con Carmen Sevilla también contribuyó a su fama, pero no tanto desde luego como su música, que mantiene la capacidad de emocionar cincuenta años despúes. Ahí está el estupendo piano de ‘Noelia’ o los restos jazz y el revitalizante estribillo de ‘Estando contigo’, una recreación de la felicidad perfecta que hace desdecirse en dos minutos a aquellos que creen que las canciones alegres no marcan tanto como un drama.

Por suerte, pudo ser reconocido en vida. En 2005 recibió de manos de Eduardo Bautista el Premio de Honor «a su brillante trayectoria profesional y a su decisiva contribución a la música popular». En los últimos años, son varios los artistas que han participado en distintos homenajes. En 2003 se editó un disco de tributo en el que participaron bandas como Fangoria, que versionaron ‘Me conformo’; Pastora Soler, que hizo lo propio con ‘Te quiero, te quiero’ o María Jiménez, que cantó ‘Tómbola’. En muchos de los casos las interpretaciones no son las mejores de las existentes sobre las canciones, pero el disco, que está en Spotify, sirve como mini-recopilación de las buenas composiciones que llegó a realizar.