No sé si será por las buenas críticas que ‘The ArchAndroid’ ha recibido, por los elogios que siempre ha tenido Prince hacia la cantante o porque sus famosos vídeos ya prometían un directo increíble, pero la sala Apolo estaba completamente llena rindiéndose a los pies de una artista que emana entusiasmo con cada tema que hace sonar. Janelle Monáe y la sólida banda que la acompaña nos hacen recordar a genios como James Brown o Jackie Wilson gracias a su potente voz o a sus célebres bailes. A través de una proyección de la cantante en un trozo de tela negra, mirando fijamente a su público, la artista da comienzo al show. Con el mismo «casco» de oro que luce en la portada de su disco, transmite un mensaje desde el futuro: “Bailarás…o morirás”.

En ese momento se crea una explosión de funk, R&B y soul que da lugar a ‘Dance Or Die’, seguida por ‘Faster’ y ‘Looked Inside’. A partir del segundo tema, Janelle comienza a lucirse con diferentes movimientos de baile que dejan a la luz la era ‘Off The Wall’ de Michael Jackson como una de sus influencias; suposición que más tarde se corrobora mientras sorprende a todo el mundo cantando ‘Smile’, la canción favorita del Rey del Pop, acompañada simplemente por el guitarrista Kellindo Parker.

Después de algunos temas algo aburridos para una presentación en directo (‘Sincerely, Jane’) en los que las bailarinas se empeñan en interactuar con el público sin conseguir que éste baile, suenan las espléndidas ‘Cold War’ y ‘Tightrope’, canciones que vuelven a despertar a los espectadores y demuestran que Janelle conoce a la perfección su repertorio y sabe cuándo tirar de cada tema de manera excelente.

A pesar de que a veces la voz de la protagonista se perdía entre la multitud de instrumentos, Janelle supo crear un show tan interactivo –haciendo agacharse a toda la sala o tirando miles de globos, por ejemplo-, que todo el mundo salió del Apolo con un sabor de boca increíble comentando su estilazo o la energía que había derrochado sobre el escenario. 8.