No fueron pocos los que se echaron a temblar al saber que en Estados Unidos estaban preparando un remake de ‘Shameless’. No cabe duda de que, generalmente, es difícil que la copia supere al original, y cualquier remake se enfrenta con dos problemas fundamentales: el primero, que ver algo que ya has visto puede resultar harto decepcionante; y el segundo, que las bromas son mucho menos graciosas la segunda vez que se cuentan. Así que la cosa pintaba mal, teniendo en cuenta que en USA se habían encaprichado de la que quizá es una de las series más irreverentes, bestias, creativas y exitosas (se ha exportado a medio mundo y acaban de finiquitar su octava temporada) de la televisión británica.
Por suerte no fue cualquiera quien se planteó llevar ‘Shameless’ al estilo americano. La producción iba encaminada a la HBO (que no se conforma con cualquier cosa), pero finalmente aterrizó en la cadena Showtime. Por si fuera poco, el encargado de la adaptación fue John Wells (que ha participado también en ‘Urgencias’ o ‘El Ala Oeste de la Casa Blanca’), pero Paul Abbott, creador de la original, ha participado activamente en el proceso. Con todo esto, el resultado ha sido más que notable, puesto que incluso se han mantenido fieles a las tramas británicas, algunas veces incluso agilizándolas bastante.
Pero quizá el punto más a favor de la ‘Shameless’ estadounidense es la capacidad que tiene para obligar al espectador a empatizar con una familia que haría arrugar las narices de los más tolerantes. Es verdad que quizá jueguen con el añadido de haber escogido a actores más atractivos que en la homónima británica -por ejemplo Tony, ese policía típico héroe americano de sonrisa perfecta; o Emmy Rossum (‘Mystic River’, ‘El Día de Mañana’) como Fiona-, pero bien es cierto que hasta el Frank Gallagher interpretado por William H. Macy (‘Fargo’, ‘Magnolia’) parece un poco más humano que en la versión británica. Asimismo, han conseguido aumentar sensiblemente el nivel dramático de la serie, convirtiéndola en una verdadera tragicomedia en la que Fiona se perfila como el gran personaje.
Quizá sea de lo poco que hay que reprocharles, junto con que los giros de la historia sean algo más light, más comedidos, más adaptados para el público estadounidense. En ‘Shameless’ USA, Frank Gallagher no se tirará repetidamente a la hija de su novia (una Joan Cusack que, por cierto, está inmejorable), sino que lo hará totalmente borracho y después se arrepentirá de ello. Pero por suerte la pequeña dulcificación general que se hace en de la historia no le quita la gracia a esta magnífica producción que narra las desventuras de una familia de clase (muy) baja que se ve obligada a salir adelante como puede, tras ser abandonados por su madre hace años y recientemente por su padre, que se encarga de beberse las prestaciones sociales que deberían servirles de sustento tan pronto como las cobra.
Calificación: 7,8/10
Destacamos: a William H. Macy, Emmy Rossum y a la insustituible -aunque en principio el papel iba a ser de otra- Joan Cusack.
Te gustará si te gusta: pasear por los barrios de extrarradio.
Predictor: tendrá segunda temporada, y la esperamos con ganas.