Quien se acerque a ‘The English Riviera’ esperando a los mismos Metronomy que en su aclamado anterior álbum va a llevarse una sorpresa mayúscula, que bien podría derivar en decepción aunque, al final, con alguna escucha más, vuelva al asombro inicial. Joseph Mount es bastante claro al respecto: “Definitivamente no tenía intención de hacer lo mismo otra vez. Me gustan las cosas que cambian”. Así, de la misma manera que la portada del ‘Nights Out’, intencionadamente fea y oscura, deja paso a la luminosidad y el equilibrio de la de ‘The English Riviera’, el desordenado electropop gamberro por el que rodaban ‘Radio Ladio’, ‘Heartbreaker’ o ‘A Thing For Me’ se desvía hacia el pop ecléctico pero racional que ya se dejaba entrever en ‘Not Made For Love’, el EP que editaron en 2009, a medio camino entre un trabajo y otro.
El concepto global de ‘The English Riviera’ es un curioso juego que comienza en la inquieta mente de Joseph Mount: rendir homenaje al sonido West Coast americano a través de la recreación de lo que podría haber sido en los setenta el sonido Devon, lugar de nacimiento de Mount y de creación del grupo, algo tan específico y característico que al escucharlo sirviese para identificarlo como originario de la costa este inglesa. No sé si el resultado acierta en su ubicación geográfica pero, desde luego, ya desde la fugaz intro, donde escuchamos las olas rompiendo a nuestro pies y las gaviotas que nos sobrevuelan, el disco suena a atardecer de verano en una terraza junto al mar.
El cambio de estilo no habría sido posible sin un cambio en la formación. Tras la marcha de Gabriel Stebbing, la incorporación de Gbenga Adelekan al bajo y, sobre todo, de Anna Prior en la batería, ha servido para dejar un poco de lado, sin abandonarlos, los sintetizadores, y potenciar una instrumentación que destaca, precisamente, por la aparente simplicidad en que sus diferentes líneas se entrecruzan y juguetean exprimiendo al máximo sus posibilidades, sirviendo melodías tremendamente frescas y pegadizas. Ahí están el incontestable hit ‘The Look’ (con su irresistible teclado y sus adorables coros en falsete), ‘The Bay’, la oscura ‘She Wants’ o ‘Corinne’, que durante unos segundos parece una canción de los Pixies, pero es obvio que no, y que te acaba atrapando con un estribillo que vale por la canción entera (“I’ve got my heart tied up now with a boom and a bang”). Hay algunos toques ligeramente jazzy o funky, ciertamente muy West Coast nuevo siglo, en ‘Some Written’, ‘Loving Arm’, ‘Trouble’ o la deliciosa ‘Everything Goes My Way’, que contrastan con el ruidoso caos instrumental del final de ‘We Broke Free’ o el aparataje tecno de ‘Love Underlined’, el broche de ‘The English Riviera’ que, curiosamente, parece más un recuerdo de los Metronomy de ‘Nights Out’ que un adelanto de lo que puedan ser en el futuro en el nuevo giro que salga de la cabeza de Joseph Mount.
Este tercer salto sin red de Metronomy tenía muchas papeletas para haber salido mal, pero han vuelto a caer de pie. Más allá de sus singles, ‘The English Riviera’ tiene un tracklist coherente y del que solo se echan en falta cosas al conocer mejor los dos anteriores trabajos del grupo. Para quien se acerque a Metronomy por primera vez, ‘The English Riviera’ puede ser una de los discos del verano y uno de los descubrimientos del año.
Metronomy actúan en Barcelona el día 18 en la Razzmatazz de Barcelona.
Calificación: 7,8/10
Temas destacados: ‘The Look’, ‘Corinne’, ‘Everything Goes My Way’, ‘She Wants’
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