Nadie, y cuando digo nadie es nadie, podía imaginar que The Horrors, protagonistas de uno de los momentos más bochornosos, polémicos y vergonzantes que se ha vivido en las salas madrileñas en el último lustro (sí, sí, mucha actitud y tal, pero ya casi nadie paga para ser agredido en un concierto), serían noticia apenas cuatro años después de aquello por entregar uno de los mejores discos que el rock británico ha parido en mucho tiempo.
Tras un debut que fue más importante por cuestiones estéticas que artísticas (aunque números como ‘Jack The Ripper’, ‘She Is The New Thing’ o ‘Sheena Is A Parasite’ aún merezcan la pena), el quinteto de Southend-on-Sea (una ciudad de vacaciones cerca de Essex) se topó con la sorpresa de haber gustado a Geoff Barrows. El cerebro tras Portishead, tras seleccionarles para tocar en el ATP que comisionaron los de Bristol para presentar ‘Third’, accedió a producir su segundo álbum ‘Primary Colours‘, aunque según la banda su papel fue el de un mero mentor y el giro que mostró su música (en el que krautrock y shoegaze sepultaban los vestigios de psychobilly y garage) tenían a la banda como máximos artífices. Un cambio de rumbo sorprendente y notable, con el que se ganaron el respeto y la admiración de todo el mundo. Por entonces Faris Badwan, frontman de la banda, nos contaba que ‘Sea Whithin A Sea’, su primer single, era el más electrónico porque era la última canción que habían escrito para el disco y que sus nuevas canciones explorarían ese camino.
Dos años después llega ‘Skying’, autoproducido y grabado por el propio grupo, espoleados de nuevo por Barrows. Y ‘Still Life‘, su primer single, no solo cumplió con lo prometido sino que nos mostró una nueva mutación del quinteto, esta vez con evidentes reminiscencias a bandas de los 80 como The Chameleons, Psychedelic Furs o incluso Simple Minds, con una masiva presencia de teclados. Una gran carta de presentación que ya avanzaba el profundo cambio que The Horrors practican en ‘Skying’, en el que, tras su exitosa aventura 60s de Cat’s Eyes, Faris evita emular a Ian Curtis y empieza a cantar con sorprendente estilo y personalidad, Rhys Webb deja el bajo para dominar las canciones con marcados arreglos de sintetizadores, la nueva esencia del grupo, las guitarras de Josh Hayward luchan por convertirse cada vez más en una masa flotante que en un rasgueo, y la base rítmica de Tom Cowan y Joe Spurgeon parece poseída por los efluvios del post-acid de Stone Roses o Inspiral Carpets. Y además se atreven a coquetear con una inteligente, por atípica, introducción de instrumentos de viento en su música.
Al principio ‘Skying’ suena a gran disco de ruptura por tratarse de una estupenda transformación, decidida y consistente, pero en el que la sensación de que falta algo más es patente. Pronto, sin embargo, se revela como un gran disco a secas sobre todo gracias a que The Horrors saben mostrar que no es un simple cambio estético, una pose, sino que el cambio es más profundo y afecta a su manera de enfocar sus canciones, liberados de cualquier prejuicio o límite y henchidos de autoconfianza (ahí es donde parece que Barrows ha hecho su mejor papel). ‘Skying’ es un álbum notable porque muestra en su amplia variedad de estilos muchas y diferentes facetas del grupo con una cohesión impecable. Pese a ser un disco abiertamente pop, en su manera de interpretarlo siempre permanece ese espíritu perverso en efectos y zumbidos, que ya mostraron en susegundo álbum y que viene a convertirse en su seña de identidad.
Ese elemento es el catalizador tanto en los cortes más space pop (‘Changing The Rain’ y ‘Dive In’, quizá los temas menos logrados del conjunto), como en los más sencillamente pop rock (el single ‘Still Life’, ‘You Said’ y ‘I Can See Through You’, que se adivinan celebrados himnos) y pasando, por supuesto, por las canciones más conectadas a su pasado inmediato (soberbias ‘Moving Further Away’ y ‘Endless Blue’, con su sorprendente intro y su poderoso cambio de paso). Mención aparte merece el dúo que remata el álbum, ‘Monica Gems’ y la épica ‘Oceans Burning’, que tienen un clarísimo referente en los primeros Suede, incluso en la forma de cantar de Faris que recuerda enormemente a la de Brett Anderson circa ‘Animal Nitrate’. Uno no puede ahuyentar la sensación de que les ha faltado un pelo de tino compositivo para que ‘Skying’ alcanzara el estatus de disco histórico, pero a todas luces se trata de un gran disco que multiplica la sorpresa que ya deparó ‘Primary Colours’ y convierte a The Horrors en la gran banda que nadie pensó que serían.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Still Life’, ‘You Said’, ‘Endless Blue’, ‘I Can See Through You’, ‘Monica Gems’.
Te gustará si te gusta: The Chameleons, los primeros Suede, Madchester.
Escúchalo: XL Recordings