Hace un par de años Los Pilotos no era más que un divertimento privado de Banin y Florent para dar rienda suelta a su gusto común por la electrónica, que hasta el momento solo había tenido cabida en Los Planetas de forma puntual o anecdótica, aunque siempre dando lugar a un desproporcionado debate sobre el tema en foros y blogs. Casi sin querer pero queriendo, sin compromiso discográfico ni corsé impuesto por la banda, con la libertad creativa por bandera, el proyecto fue avanzando hasta materializarse en este debut homónimo que, en cambio, ha sido recibido con una extraña mezcla de discreción y tibieza por parte del público y el poco creíble entusiasmo de la nota de prensa repetida y reinterpretada aquí y allá sin apenas cuestionársela.
Más cercano a la ingenuidad de ‘La veleta’ o de ‘Cumpliendo compromisos contractuales’ que a la ruidosa e incontestable profundidad de ‘Los poetas’, ‘Los Pilotos’ propone un inofensivo viaje sensitivo a través de la psicodelia electrónica, a veces recurriendo a elementos tan obvios que abruman (‘Avance’, ‘Felinos a la mar’), otras tocando palos que poco o nada aportan (‘Amazonas’, ‘Vuelo rasante con ametralladora’), y siempre sin que se pueda apreciar el más mínimo riesgo, picardía u originalidad a la hora de escoger bases, componer, hacer transiciones o rendir tributo a todas las muchas referencias que aparecen durante su escucha. Dicen Florent y Banin que han compuesto el largo primando los sonidos que les gustaban, dejando en segundo plano melodías y ritmo; es quizás este, y no su duración real, que tampoco es tanta, el motivo por el cual canciones como ‘Neumotorix’, ‘Cero en blanco’ o ‘Caravana por el desierto de Atacama’ (sin contar su tremendo final) acaban por resultar interminables.
‘Los Pilotos’ puede aburrir por igual a un amante de la música electrónica y a un fan de Los Planetas (que se aferrará a ‘Neumotorix’ o a ‘El gato de Fu Manchú’ como tabla de salvamento), pero tiene a su favor el ser un disco correcto, tremendamente accesible y directo, y tan estandarizado en sus pretensiones que podría funcionar bien entre un público variopinto y no iniciado. Se pone algo más interesante hacia la mitad, cuando se endurece (‘El clan del ruido’), se vuelve más denso (‘Avance’, y ‘Vuelo rasante con ametralladora’ si conseguimos obviar ese extraño final protagonizado por una sección de viento) o cede terreno a la melodía (‘El gato de Fu Manchú’), pero el espejismo desaparece ante nuestros ojos con ‘Felinos a la mar’, una innecesaria canción, el único tiempo lento del disco, que podría venir firmada por Nacho Sotomayor y que tu hermano pequeño incluiría en un CD-R para escuchar mientras ve la puesta del sol con su pareja.
También es cierto que Los Pilotos no parecen un grupo muy apropiado para escuchar en casa, sino para disfrutar en directo. Para sus actuaciones prometen reinterpretación de sus canciones, improvisación, proyecciones y pantallas 3D. Por el momento, podrán comprobar si en vivo sus composiciones adquieren otra dimensión diferente en el Vinalopop (15 de octubre) y en Granada (22 de octubre).
Calificación: 5,5/10
Lo mejor: ‘El gato de Fu Manchú’, ‘El clan del ruido’, ‘Vuelo rasante con ametralladora’.
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