No es muy habitual que un grupo que recibe los parabienes de público y crítica con su debut alcance solo dos años después, con su segundo trabajo, tal grado de madurez creativa y responda de una manera tan precisa a todas las expectativas que habían creado. En ‘Paradise’, que ya no es un recopilatorio del repertorio previo del grupo sino un disco concebido como tal desde el inicio, con toda la presión que añade eso a la espera, se ataja con acierto e inteligencia por el medio de los dos caminos posibles, el de clonar el celebradísimo ‘Yeah, So?’ o el de hacer algo sorprendentemente nuevo (el adelanto, ‘Two Cousins’, parecía querer indicar que el salto iba a ser sin red), para llegar al punto exacto de equilibrio entre el pasado reciente y el futuro a largo plazo. Es el paso adelante más lógico, que no el más sencillo, y que rara vez sale tan bien.
Slow Club mantienen en ‘Paradise’ todas sus señas de identidad intactas pero aciertan al endurecer su sonido, al complicar los arreglos y al pulir todos aquellos tópicos del indie-folk a los que, en ocasiones, recurrían en ‘Yeah, So?’. En consecuencia, las canciones no son tan inmediatas como podían serlo ‘Giving Up On Love’ o ‘It Doesn’t Have To Be Beautiful, Unless It’s Beautiful’ (aunque ahí están ‘Where I’m Waking’ o ‘The Dog’ para demostrar lo contrario) pero tampoco resultan tan ingenuas y evidentes. ‘Two Cousins’ es el ejemplo más extremo del cambio de sonido del grupo, una compleja canción que adelanta el protagonismo de la sección rítmica en algunos temas como ‘If We’re Still Alive’’ (la esperanzadora respuesta a ‘Because We’re Dead’) o ‘Beginners’ (un tema que hubiese arrasado en la radiofórmula de principios de los 90), y la creación de ambientes que arropan o sirven de contrapunto a las melodías de ‘You, Earth or Ash’ o ‘I Wanna Live On Paradise’ (el bonus track, escondido tras ‘Horses Jumping’, que da unidad conceptual a un trabajo sobre pérdidas familiares, rupturas amorosas y la añoranza estoica de tiempos felices).
Sin embargo, ‘Two Cousins’ no es tan representativa, como podría parecer a priori, de ‘Paradise’, que como ‘Yeah, So?’ se compone en su mayor parte de baladones incontestables como ‘Never Look Back’, ‘Hackney Marsh’ (con su chocante pincelada jazzy en la segunda vuelta del estribillo), ‘Gold Mountain’ o ‘You, Earth Or Ash’ (el homenaje de Rebecca Taylor a su abuelo en el que su voz sobrepasa los límites de la emoción), contrastados por las salpicaduras de los ritmos más urgentes de ‘The Dog’ o ‘Where I’m Waking’. El conjunto refuerza las ya sólidas bases de la música de Slow Club, que madura de manera natural, al igual que maduran los propios Rebecca Taylor y Charles Watson, y nos permite confiar en una carrera discográfica que puede dar aún muchas más satisfacciones.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Two Cousins’, ‘Beginners’, ‘You, Earth Or Ash’, ‘If We’re Still Alive’, ‘Where I’m Waking’
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