Ni la imponente figura de Arpad Miklos ni la absurda (por vana y sin sentido por parte del portal de vídeos, claro) polémica entre Youtube y la promo del vídeo de ‘Hood’ han conseguido empañar lo más mínimo la realidad: Mike Hadreas, el alma mater bajo el pseudónimo de Perfume Genius ha escrito el que probablemente será uno de los singles más bonitos que escuchemos durante este 2012. Una canción que sabe mejor incluso escuchada en bucle, porque se convierte en un estribillo infinito que te marea pero nunca llega a dejar que te pierdas. Una canción que es pura sencillez, pero capaz de sobresalir frente a otras muchas que hemos escuchado ya en lo que va de año. Un tema que habla de la inseguridad en las relaciones amorosas, de lo mucho que puede llegar a pesar el bagaje de uno mismo en la vida de pareja y de lo peligroso que es creerse en demasía la imagen -positiva o negativa- que tenemos de nosotros mismos.
Semejante presentación no parecía predecir otra cosa que un gran disco, y ahora es el momento de que Perfume Genius demuestre si es capaz de revalidar la calidad de todo aquello que puso en el asador gracias a su disco de debut, ‘Learning’. Para ello intentó recrear el ambiente en el que compuso su debut, que parió en casa de su madre en Seattle, mientras se recuperaba de sus propios instintos autodestructivos, materializados en su adicción al alcohol y las drogas, a las que volvió tras la presentación de aquel primer álbum.
Pero al final parece que, tras alquilar una casa y pasarse el día entero comiendo pizza y jugando a la consola, se dio cuenta de que no podía seguir escribiendo sus discos en pretérito, y decidió mirar hacia delante. Y no, no nos referimos en absoluto a un titular tipo «Perfume Genius se pone optimista», porque se puede mirar al futuro con toda la negatividad del mundo. Sí se nota, sin embargo, un cierto cambio en el registro del cantante, que firma un disco doloroso y triste, pero en el que también hay un pequeño resquicio para la esperanza.
Es por eso que ‘Put Your Back N 2 It’ tiene canciones dedicadas al amor y a la esperanza -siempre con un punto amargo, eso sí- pero también otras inspiradas en temas más peliagudos, como el suicidio (’17’) o como esa cinta pornográfica con la que llegó a obsesionarse y a la que ha dedicado una canción, ‘AWOL Marine’. Que nadie se piense que a su edad (desconocida con seguridad, pero alrededor de la treintena) Hadreas ha descubierto el porno: lo que más le interesó de esa grabación fue el antes y el después de los protagonistas, un hombre mayor y un par de chaperos, momentos en los que la cámara seguía encendida mientras tomaban drogas y uno de ellos contaba que se prestaba a grabar la escena porque necesitaba el dinero para pagar los tratamientos médicos de su mujer.
Y es que son la desesperación, las decisiones tomadas por necesidad y que luego te persiguen toda tu vida las que mueven el disco de Mike Hadreas. ¿Quién si no sería capaz de convertir un poema de Edna St. Millay Vincent en una canción sobre el sexo gay (‘Dirge’)? Es precisamente en la lírica, si tenemos en cuenta que la instrumentación y la producción del LP es de lo más austero (al final Perfume Genius se ha decantado por centrarlo todo en el piano, que es un instrumento que domina desde los siete años), donde reside todo el potencial del álbum: desde la preciosa canción de amor y sexo que es la que da título al álbum y que canta con su novio Allan, hasta la que dedica a su madre, ‘Dark Parts’. Una madre que una vez le preguntó a su hijo por qué no podía hacer nada «bonito» (entiéndase «bonito» en el concepto de madre) y para la que él escribió una de las frases más sobrecogedoras de todas sus composiciones: «I will take the dark parts of your heart into my heart».
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Hood’, ‘Dark Parts’, ‘Normal Song’, ‘All Waters’.
Te gustará si te gustan: basándose en que es un solista gay, muchos harán referencias a Antony and the Johnsons y Rufus Wainwright. Si bien es posible, también disfrutarás de Perfume Genius si eres hetero y te gustan M. Ward, Connor Oberst y Sufjan Stevens.
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