Adam Bainberg esconde a propósito su biografía porque considera que todo lo que debemos saber de él está contenido en su debut, este ‘World, You Need A Change Of Mind’. Y lo que nos enseña es que no solo ha mamado de la electrónica de sellos como Kompakt o Warp sino que, además de haber aprendido mucho del dance emocional de Junior Boys, tiene un profundo poso de funk y disco e, incluso, que debe de ser un gran fan de Prince. Eso se desprende de cortes como ‘Gee Up’, ‘That’s Alright’ o ‘Doigsong’, en los que Kindness juguetea con hip hop, jazz, soul y funky de una manera iconoclasta, imaginativa y con gancho, como solía el músico de Minneapolis.
Aunque Bainberg puede parecer el clásico niño mono buscando el hype, hay diversos elementos que nos muestran a un artista inquieto, que busca la belleza rara y no la obvia, en sintonía con la idea distorsionada del pop que tienen Ariel Pink o John Maus. La anómala secuenciación del álbum, su clara voluntad de no encasillarse en un único estilo, la profusión de baladas y medios tiempos o su claro interés, pese a contar con la producción del afamado Philippe Zdar como co-productor, por los sonidos algo amateur y lo-fi, hacen de ‘World, You Need A Change Of Mind’ algo raro y poco convencional que, a la vez, tiene un magnetismo extraño que inexplicablemente atrapa. Lo que Kindness mejor sabe hacer es una especie de house primigenio para bailar a solas en casa, que pone el acento, como decíamos, en sus orígenes disco y funk. Digamos, por ser más gráficos, que le tiene pillado el punto a hacer baladas y temas lentos tal y como las conciben James Murphy o Hot Chip.
Eso, básicamente, sirve para definir ‘SEOD’, que arranca con una intro de guitarras jazzy ochenteras y termina en un orgiástico solo de saxofones. ‘Swingin Party‘, su insólita versión de The Replacements, ‘House’, de glorioso estribillo, o ‘Anyone Can Fall In Love’ también se ajustan a ese patrón de manera perfecta y se convierten en su seña de identidad, alejados del estilo mucho más directo del single ‘Cyan‘. Con carácter igualmente bailable pero como rendidos ejercicios de gran funk al estilo del primer Jimi Tenor están ‘That’s Alright’, ‘Doigsong’ y ‘Gee Up’, un gran single con un genial vídeo que, justo cuando nos levanta por los aires, se acaba (¡dura menos que su intro ‘Gee Wiz’!), remarcando el carácter poco acomodaticio de Bainberg. ‘Bombastic’, que parece una improvisación de jazz para desgranar en susurros nombres de músicos aparentemente inconexos como John Lennon, Brian Wilson o Michael Jackson, quizá sea el ejercicio más dudoso de todo el disco, pero no deja de encajar en un universo tan extraño y poco complaciente como fascinante y seductor, que se deleita descolocando al oyente tanto como haciéndonos bailar en nuestro dormitorio.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Cyan’, ‘House’, ‘That’s Alright’, ‘Gee Up’, ‘SEOD’
Te gustará si te gusta: las baladas de Hot Chip, Junior Boys, Prince, Ariel Pink
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