Así, en condicional, hay que titular todo lo que viene de Damon Albarn, veinte años después de sus mayores éxitos junto a Blur todavía uno de los personajes favoritos de la prensa británica. Lo que hoy es un «nunca más» enseguida puede transformarse en un «quizá» o en un «no estoy seguro» el día menos pensado y cada una de sus declaraciones hay que cogerla con pinzas. Ayer no iba a haber más Blur, luego se presentó un tema nuevo. Ayer no iba a haber más Gorillaz, luego se presentó un tema nuevo.
La noticia esta vez es que el cantante, a punto de lanzar su primer disco en solitario, ha concedido este fin de semana una entrevista a The Guardian en la que deja caer que igual no hay más discos ni de Blur ni de Gorillaz y que el concierto de Blur este año para cerrar las Olimpiadas de Londres debería ser lo último que realizara la banda. Y es que ya no conecta con dos de sus miembros, ninguno de los cuales es Graham Coxon. «Encuentro muy fácil grabar con Graham. Le gusta ser músico a diario. Con los otros dos (sic) es más duro volver a conectar. ¿Sabes lo que quiero decir? Está bien cuando tocamos en directo. Todavía hay magia cuando tocamos en directo, pero grabar nuevo material y traer nuevas influencias… es bastante difícil».
Con respecto a Gorillaz, parece que su falta de entendimiento con Jamie Hewlitt, responsable del diseño gráfico, habría sido el desencadenante. Damon cree «improbable» que vuelvan a hacer algo y dice que ha sido Jamie quien ha puesto fin al proyecto tras su enfado por que la gira ‘Plastic Beach’ no incluía visuales. «La música y los vídeos no iban bien juntos, pero creo que hicimos un muy buen disco y me metí mucho en el proyecto». Próximo capítulo, en breve.