Marina & the Diamonds / Electra Heart

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Marina & the Diamonds / Electra Heart

Tras la decepción comercial de ‘The Family Jewels’, Marina Diamandis prueba suerte de nuevo esta vez convertida en otra persona, Electra Heart, quien en palabras de la propia Marina no se trata de un alter-ego sino de “la antítesis de todo lo que represento”, una metáfora más que un personaje. La portada, en ese sentido, es reveladora: en ella vemos un primer plano de Marina como posando para los créditos de cualquier serie americana de los setenta, y superpuestos a ella, sus dos “yos”: el real y el ficticio.

Electra Heart, por lo tanto, no es un personaje en sí sino el envoltorio de los cuatro arquetipos en los que Marina ha basado el concepto de su nuevo disco, que son “Su-Barbie-A”, la ama de casa desgraciada por la ausencia de amor en su vida conyugal; “Teen Idle”, la despreocupada adolescente con tendencias autodestructivas; “Primadonna”, el perfil de mujer coqueta, vanidosa y teatrera; y por último, “Homewrecker”, como el propio nombre indica, la “destrozahogares” de toda la vida, siempre dispuesta a hundir el más sólido de los matrimonios. En palabras de su autora, ‘Electra Heart’ “representa el lado corrupto de la ideología americana”, si bien superficialmente no es más que un disco que “personifica el amor y la ruptura”.

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Todo este trasfondo está muy bien, ¿pero qué hay de las canciones? Sin duda, Marina Diamandis va a por todas dejándose producir por Dr Luke, quien despacha en ‘Primadonna’ una de sus producciones más convencionales. Sin embargo, tanto la calidad de la melodía como el gancho de la espectacular voz de Marina alejan a su autora de las predecibles comparaciones con Katy Perry. De hecho, el talento de Marina para las melodías brilla muy por encima de la producción e incluso las baladas se encuentran entre lo mejor del álbum a la par con hits potenciales como la poderosa, casi apocalíptica ‘Homewrecker’, la épica ‘The State of Dreaming’ o la deliciosamente nostálgica ‘Hypocrates’. Mención especial para ‘Bubblegum Bitch’: no hay una canción igual de irresistible y ultra pegadiza como esta en todo el disco.

En cuanto a las baladas, ‘Lies’ cuenta afortunadamente con un muy buen estribillo, porque la producción parece reciclada del ‘You da One’ de Rihanna o del ‘Inside Out’ de Britney (¿de verdad Cirkut y Diplo están acreditados en este tema?); la tétrica ‘Teen Idle’ incorpora unos coros “cheerleader” en contraste con la oscuridad del mensaje que son todo un puntazo; la ya conocida por todos ‘Fear and Loathing’ tiene una melodía envolvente acorde con la producción de Liam Howe; y ‘Valley of the Dolls’ es sencillamente la mejor canción del álbum. A diferencia de estos medios tiempos, ‘Starring Role’ no es de las más inspiradas, aunque ninguno de los tres temas producidos por Greg Kurstin (Lily Allen, Foster the People, Ladyhawke) lo es. No se encuentran para nada entre lo más memorable que ha compuesto Marina y tampoco ayuda el hecho de que vayan casi seguidas en el disco, un ‘Electra Heart’ pensado sobre todo para las listas (por mucho que ella diga) y que es, en ese sentido, todo un logro, sobre todo para los que preferimos a la Marina de ‘Shampain’ o ‘Girls’ antes que a la de ‘I Am Not A Robot’ o ‘Mowgli’s Road’.

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Calificación: 7/10
Te gustará si te gustan: tanto las chicas del pop inglés como del americano
Lo mejor: ‘Bubblegum Bitch’, ‘Homewrecker’, ‘Teen Idle’, ‘Valley of the Dolls’, ‘Hypocrates’
Escúchalo: Deezer

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