Diez años después de pegar un pelotazo precedente de lo que en los últimos tiempos ha sucedido con Adele (‘Come Away With Me’ vendió 25 millones de discos), Norah Jones da un considerable giro. En lugar de resignarse a una ristra interminable de álbumes próximos al jazz más blandurrio, decide relacionarse con el casi infalible Danger Mouse. La idea fue de él. A Brian le gustaba su voz y la llamó para que cantara en la banda sonora de la película imaginaria que tramaba, en un punto tan lejano en el tiempo como 2008. Aún faltaban años para que se terminase de fraguar ‘Rome‘ y Norah Jones todavía trabajaba en su cuarto disco, pero en 2009, en secreto, sin avisar a su compañía, ambos decidieron reunirse de nuevo durante unos días para improvisar en el estudio.
Aunque allí nacieron las primeras ideas de canciones como ‘Travelin’ On’, la cosa quedó en nada, pero cuando tanto Danger Mouse como Jones encontraron un hueco en sus apretadas agendas, lo cual incluía a Broken Bells, Gnarls Barkley o U2 en el caso de él; y un disco de versiones en el caso de ella; decidieron volver a intentarlo. El resultado es este ‘Little Broken Hearts’, en el que Danger Mouse no figura sólo como productor sino que también comparte con Norah la composición y la ejecución del disco hasta las últimas consecuencias. La influencia del neo-soul con que siempre se ha identificado a Danger Mouse y también su trabajo con Black Keys parece evidente, pero ambos intercambian instrumentos y, muy posiblemente, a medida que avanza el tracklist, nunca adivines quién toca una guitarra eléctrica o quién un Wurlitzer (‘Take It Back’, ‘4 Broken Hearts’).
Líricamente, como suele pasar, la historia que se nos cuenta es la de la vocalista, en este caso la de una relación que se ha terminado (Norah salió un año y medio con un escritor de ficción), con sus momentos escapistas y sus momentos más sentidos, con especial atención a los siempre tragicómicos celos, que empapan canciones como la delicada ‘She’s 22’, dan un matiz de lo más pintoresco al vídeo del single ‘Happy Pills’, o a composiciones que en principio parecían tan soberbias como ‘Miriam’ (de arreglos espectaculares, sonaba incluso próxima a Marissa Nadler).
La maraña de cuerdas y pianos no puede ser más adecuada para estas intrigas, dejando momentos tan sucios que, ahora sí, interesarán a los seguidores de las principales cantautoras independientes, como la última Isobel Campbell. Quizá se eche de menos una mayor presencia de este tipo de números o de una mayor exploración de esos ambientes acuosos que impregnan ‘Good Morning’, especialmente hacia la mitad, cuando se suceden las canciones más anodinas. Pero por lo demás, en la inmediatez de ‘Out Of The Road’ o ‘Say Goodbye’, o en el ambiente cinematográfico de la producción (la portada es un préstamo de Russ Meyer), es claro que Norah Jones ha tomado la segunda mejor decisión de su vida.
Calificación: 7,8/10
Te gustará si te gustan: las Lauras, Marissa Nadler, Broken Bells
Lo mejor: ‘Miriam’, ‘Good Morning’, ‘Happy Pills, ‘Out Of The Road’
Escúchalo: NPR