El encanto de las tiendas de segunda mano evoluciona

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El encanto de las tiendas de segunda mano evoluciona

Fue un hit en internet hace unos días: una foto de una lista de los discos que los empleados de una tienda de segunda mano de Estados Unidos no tienen que comprar al público. Bajo ningún concepto discos de K.D. Lang, Janet Jackson, Collective Soul, Veruca Salt, los artistas de los 90 en general y así decenas. A la gente le encantan estas humillaciones sobre artistas a los que ya nadie quiere, aunque la lista no termina de ser una sorpresa para los aficionados a las tiendas de segunda mano.

Cualquiera que haya pasado por estas tiendas en los últimos años habrá notado cierta decadencia en torno al CD. Si bien durante los 90 podías ir formando una buena discografía gracias a estos lugares y era fácil encontrar álbumes de tus artistas favoritos, en los últimos años no paran de verse una y otra vez los mismos discos, a su vez los mismos que ya estaban atascados en tienda hace una década: toda la discografía de Phil Collins, de los Corrs, de Mariah Carey, el ‘Release’ de Pet Shop Boys con todas sus portadas, el ‘Invincible’ de Michael Jackson con todas sus portadas, siempre acompañados de lo peor del pop español de los últimos 20 años, desde El Canto del Loco a aquellas series de discos con las galas de ‘Operación Triunfo’, que quién va a escuchar ya.

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La razón por la que no fallan estos discos es la misma por la que abundan los de Collective Soul en las de Estados Unidos. Se trata de álbumes que se vendieron como churros en los mejores momentos de la industria, cuando en España era normal que se entregara un disco de oro a Pet Shop Boys por la distribución de 50.000 copias o de triple platino a Phil Collins por la venta de 300.000. En aquel momento en que hasta un grupo como Meteosat podía vender 17.000 copias (¿os imagináis?), era más probable que alguien se arrepintiera de su compra y terminara deshaciéndose de ese material. Hoy, en cambio, cuando rebuscamos para encontrar discos en la línea de Deerhunter, Bon Iver o PJ Harvey, como antes los encontrábamos de Orbital, Oasis, R.E.M. o los Manics, es más difícil que aparezca porque previamente ha movido un número de copias mucho menor: sólo unos pocos miles y si llega.

Por el contrario, la buena noticia es que si antes era inimaginable encontrar ‘OK Computer’, ‘Achtung Baby’ o la discografía de los Beatles a buen precio de segunda mano, ahora sí es posible gracias al cambio de los hábitos en el consumo. Es algo de lo que hemos charlado este fin de semana con José Luis Pérez, encargado de La Metralleta, una de las tiendas de segunda mano más míticas de Madrid, donde los CD’s están a mitad de precio (3 euros) desde hace casi un año. «Han cambiado los hábitos. ¿Tú qué llevas en la mano?», pregunta señalando mi iPhone. «La gente ahora tiene la música haciendo un click en el ordenador. Por eso ahora sí tengo CD’s de los Beatles. La gente pasa de tenerlos físicamente y ya no se les da valor, entonces sí los vende». Sin embargo, a pesar de esta pérdida de valor, en La Metralleta no hay lista negra para ningún artista, como en la ya famosa Laurie’s Planet of Sound de Chicago. «Funciono por la ley de la oferta y la demanda. Si alguien llega con un lote de 300 discos y sé que voy a revender el 70%, lo compro todo». No hay ningún veto a ningún artista. «No sé por qué hay tantísimas copias de Mariah Carey y de Céline Dion, pero si en ese momento no tengo ese disco o el de Phil Collins, pues lo compro. Siempre hay alguien a quien le falta, un amigo que lo compra para regalarlo…»

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Con el mercado casi muerto en cuanto a CD’s de segunda mano, porque ya nadie compra de primera lo que no está seguro de que vaya a gustarle, el del vinilo es otra cosa. Los maxi singles de Alaska y Dinarama o los vinilos de Los Romeos siguen a un precio alto, como los originales de los Beatles (entre 30 y 60 euros o más, dependiendo de las ediciones), como hace unos años. Hace poco encontrábamos un vinilo de La Buena Vida por 25 euros en la tienda Bangladesh de la Costanilla de los Ángeles. «Los vinilos funcionan de manera completamente distinta», menciona José Luis. Quizá porque, a pesar de la crisis, los hay que aún seguimos seducidos por el coleccionismo. «El otro día un chico de unos 16 años compró un DVD de Black Sabbath».

El coleccionismo es definitivamente la salvación de la segunda mano, que además no puede competir con el bombardeo constante de CD’s nuevos a 4,95 euros de Amazon o Play.com, por no hablar de los 0,01 de Ebay. De las tres sucursales de este tierno sótano de Madrid, la principal lleva tiempo dedicada casi exclusivamente al vinilo, mientras las otras dos están en una situación de saldo permanente, para aquellos que aún le dan a ‘Fever‘ de Kylie un valor de 3 euros o a hacerse con toda la discografía de Madonna o R.E.M. con un poco de paciencia, en unos pocos meses, por poco dinero. A su vez, también es posible encontrar alguna joya perdida en vinilo como ‘Finisterre’ de Saint Etienne a 9 euros o el primero de Stone Roses a 10. Esperemos que aguanten.

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