El primer álbum en solitario de Damon Albarn es el menos común de sus proyectos. Nada menos que una ópera sobre un astrónomo y asesor de la reina Isabel I de Inglaterra, que combina instrumentos de la época junto a una orquesta sinfónica actual (la Filarmónica de la BBC, concretamente), una kora africana (a cargo de Mamou Diabate) y otros a los que estamos más acostumbrados, como una guitarra acústica y unas percusiones a cargo de Tony Allen, antiguo batería del dios del afrobeat Fela Kuti y con quien Albarn ha colaborado en The Good, The Bad And The Queen. ¿El resultado de todo esto? Difícil de describir.
No es la primera vez que el bueno de Damon se mete en estos berenjenales. Hace cinco años lo intentó con la ópera china ‘Monkey: A Journey To The West’, aunque bajo la identidad de Gorillaz. Parece que esta vez ha querido poner sobre la mesa todos sus intereses, desde su perspectiva entre apasionada y crítica de Inglaterra -algo que ya hizo en Blur– hasta la música africana -producto de un viaje a Malí que derivó en el maravilloso ‘Mali Music’ de 2002- pasando por la clásica e incluso un poco de pop. Todo ello para contar el ascenso y caída de John Dee, científico del siglo XVI que, como era más habitual de lo que parece en aquella época, tenía un fuerte interés por el mundo de las ciencias ocultas. Hablando de Inglaterra y ocultismo, no podía estar lejos el nombre de Alan Moore: el autor de reputados comics como ‘Watchmen’, ‘V de Vendetta’ y ‘From Hell’ empezó a colaborar con el músico en el libreto, aunque esta relación no llegó a buen puerto, quizá ahogada por las fuertes y dispares personalidades de ambos. Es difícil pensar que alguien con tanto poder como Albarn abrazara sin poner ninguna pega todo lo que el excéntrico Moore propondría o, más bien, exigiría. A pesar de ello, Moore aparece acreditado como inspirador de la obra en el libreto que se publicó en el estreno de la ópera, en julio del año pasado en Manchester.
Sin una puesta en escena para que podamos entender la historia, la narración continua del disco -apenas hay separación entre canciones- suena extraña, sin rumbo fijo. Si obviamos las letras, la música no es capaz de transportarnos a los hechos: parece demasiado contemplativa, solo tiene momentos de tensión en las percusiones de ‘Preparation’ (muy del estilo de These New Puritans), en la extrañeza de ‘9 Point Star’ y poco más. Pero el mayor defecto es que la mezcla de todos los estilos que busca Albarn no deja de producirme sonrojo. Escuchas una pieza renacentista (vale que no es mi periodo «clásico» preferido), de repente se mete una kora, luego la voz de Albarn y al final todo se redondea con una orquesta sinfónica al uso. Si escrito parece algo pretencioso, escuchado no va a provocarte otra impresión.
No obstante, el que tuvo retuvo y hay temas que, despojados de esa mezcla, resultan escuchables y hasta agradables. El órgano de ‘Saturn’ tiene un sonido muy resultón, ‘The Marvelous Dream’ es lo más pop del repertorio, cercano a los momentos más elevados de Blur, y el coro de ‘Tree Of Beauty’ llega a estremecer en un momento. Quizá unos oídos menos gastados que los míos pueden hallar mejores cosas en el revuelto de estilos de ‘Dr. Dee’, pero al menos lo he intentado.
Calificación: 4/10
Lo mejor: ‘Saturn’, ‘The Marvelous Dream’, ‘Tree Of Beauty’
Te gustará si te gusta: cualquier cosa que haga Damon Albarn, These New Puritans
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