Tres años después del exitoso ‘Veckatimest‘, Grizzly Bear vuelven para reafirmar que son una de las bandas más llamativas de lo que va de siglo, y ante ‘Shields’, su cuarto disco de estudio, es complicado permanecer indiferente. ¿Qué es lo que hace enriquecedor a este grupo? Que nunca ha dejado de crecer. ¿Dónde podemos encontrar la explicación? En que todos sus integrantes son muy inquietos musicalmente. En múltiples entrevistas los miembros de Grizzly Bear han afirmado lo comprometidos que se sienten con su grupo, pero esto no ha impedido que experimenten fuera de él. Aunque llevamos sin escuchar nada de ellos tres años, la ausencia ha sido más llevadera gracias a que los diferentes proyectos que han mantenido cada uno de sus miembros por separado nos han ido abriendo el apetito. En 2010, Department of Eagles, formado por Daniel Rossen y Fred Nicolaus, editaron ‘Archive: 2003-2006’ (Bella Union, 2010) con canciones inéditas comprendidas entre estas fechas. A finales de 2011, Chris Taylor sorprendió con ‘Dreams Come True‘ (Warp, 2011), yéndose por una vertiente más electrónica, y a principios de 2012, Daniel Rossen ha publicado ‘Silent Hour/Golden Mine‘ (Warp, 2012), que más bien parece un EP de descartes de Grizzly Bear.
Los neoyorquinos estuvieron desconectados unos de otros durante un largo período de tiempo y no fue hasta después de varios reencuentros que redefinieron de nuevo su sonido. El lugar donde la química volvió a surgir fue Cape Cod, concretamente en Veckatimest, ese sitio de nombre tan simbólico. ‘Shields’ es el disco más asequible hasta la fecha del cuarteto, puesto que suena compacto y convencional, aunque esto sea engañoso: a los de Brooklyn aún les siguen importando las capas sonoras y las armonías vocales. Pero ‘Shields’ podría ser ese disco con la llave para acceder al mundo Grizzly Bear sin volverse loco, algo así como un curso de iniciación. En esta obra, el cuarteto neoyorquino muestra una perspectiva más convencional y lineal de su música, un carácter más rockero (en este aspecto, el miniálbum de Rossen se antoja como un fantástico prólogo) y una buena dosis de luminosidad, aun conservando su deleite por las texturas de los sonidos orgánicos y el uso de una rítmica atípica, que usa el silencio casi como un instrumento más (el lapsus de Chris Taylor con CANT mostró que él tiene buena «culpa» de ello).
El arranque de ‘Shields’ es arrebatador, con la enérgica ‘Sleeping Ute’, ‘Speaking In Rounds’ (una fabulosa transición de sonidos graves hacia una catarsis final, heredera de viejos temas como ‘Southern Point’ o ‘On A Neck On A Spit’) y ‘Yet Again’, de la que en su día ya destacamos sus tintes épicos y su brillo melódico. Aunque en números como ‘The Hunt’, ‘What’s Wrong’ o ‘Half Gate’ retoman aquella densidad e intensidad que hacían de ‘Veckatimest’ un desafío en el que perderse, en esta ocasión apuestan por reducir su complejidad, apoyados en un sonido más desnudo y natural. ‘A Simple Answer’ y ‘gun-shy’ son la perfecta conjugación de ambos polos, reafirmando, sin caer en lo facilón, el carácter positivista de ‘Shields’. Sin embargo, pese a que se intuye esa vocación aperturista e introductoria de ‘Shields’, el superlativo punto final de ‘Sun In Your Eyes’ no deja lugar a la duda: Grizzly Bear no piensan volverse, ni mucho menos, dóciles ni obvios.
Como ya ocurriera en sus anteriores lanzamientos, no debe uno llevarse a engaño tras una primera escucha apresurada de ‘Shields’. El ansia y la emoción por devorarlo rápidamente puede llevar a una equívoca frustración. De nuevo es imprescindible paladear este ‘Shields’ con deleite y mimo, porque Grizzly Bear siempre acaban sorprendiendo para bien.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Sleeping Ute’ ‘Yet Again’ ‘Speak in Rounds’ ‘What’s Wrong’
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Escúchalo: NPR