El club de fans de Whomadewho es aquí

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El club de fans de Whomadewho es aquí

Lo intuimos cuando en el FIB de 2007 (el de Amy) sustituyeron a los Klaxons en el Escenario Verde y de hecho molaron más que los Klaxons. Hay algo en el directo de Whomadewho que supera con holgura sus logros en el estudio. Será su facultad para dar vida con una guitarra, una batería y un bajo a unas canciones que parecen requerir de todo tipo de sintetizadores para despegar en vivo (apenas uno pequeño sobre el escenario y además con un protagonismo muy limitado). Será la complicidad entre los tres miembros del grupo o la energía que desprenden desde las tablas, como si todavía fueran unos debutantes veinteañeros. O será su empeño por satisfacer a los asistentes minuto a minuto, mirando las caras, chocando manos y bailando con las mujeres con sus instrumentos al cuello. Nunca en un concierto las cámaras de móvil habían resultado tan simpáticas: en vez de estorbar animaban, porque el bajista Tomas no dejaba de posar y sonreír para ellas.

Tras un primer minuto en el que el grupo hace ruido y satura, probablemente como prueba de sonido para ver hasta dónde pueden llegar con su volumen, irrumpe perfecta y envolvente ‘Inside World’ de su último disco ‘Brighter‘. Se mueven los primeros pies sobre la pista, pero nada para lo que está por venir. El grupo entrega canciones de discos pasados como ‘TV Friend’ y ‘Space for Rent’, llenas de ritmos marcados entre el funk y el electro, perfectos para que el público se vaya encendiendo poco a poco; se intercepta una especie de homenaje a ‘Flat Beat’, el hit de Mr Oizo, en el que el cantante Jeppe Kjellberg toca su guitarra usando su botellín de cerveza como cejilla; Tomas Hoffding, un «attention whore» de manual, protagoniza sus primeras subidas por todo tipo de bafles, barandillas y alturas, mientras manipula sus pedales produciendo efectos de todos los colores. Todo indica que se aproxima algo grande. Y desde que se interpreta la balada ‘Below The Cherry Moon’ mientras los dos líderes del falsete se abrazan y Tomas se agarra a las piernas de Jeppe, el delirio.

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La coreada ‘Running Man’ junto a ‘Two Feet Off Ground’ supone la gran cumbre del set (una pena que no suelan tocar ‘Checkers’, otro tema in crescendo para bailar con los brazos en alto que habría supuesto otro suma y sigue), llegando a un primer cierre con el single ‘Every Minute Alone’ del mini álbum ‘Knee Deep‘. En el bis, ‘Never Had The Time’ y su clásica versión de ‘Satisfaction’ de Benny Benassi, que no necesitan porque ni siquiera es la mejor canción que suena, pero que se agradece por su histriónica representación del «push me and then just touch me so i can get my satisfaction», en la que apuntan al público, se meten mano a sí mismos, pareciendo una suerte de Scissor Sisters o Village People, y además terminan entregando el micro a un hombre de la primera fila (envidiable variedad de asistentes, entre 18 y 55 años), que culmina la letra de la canción a gritos mientras ellos se dan un enésimo baño de masas. Carcajadas por doquier. El concierto ha molado tanto que el trío ha resultado hasta guapo. Sólo queda que consigan transmitir todo lo que saben hacer en sus discos para ser perfectos. 10.

Foto: CC, Evasee Flickr.

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