Llega la Navidad y las compilaciones de mil y un grupos de lo más pintoresco coparán de nuevo las listas de ventas. Aunque los playlists digitales personalizados, como herederos de las cassettes regrabables elevados al cubo, han ido acabando con ellos, el mercado aún recibe «grandes éxitos» de gente como los Rolling Stones, Amaral, Whitney Houston o Neil Diamond.
En la mayoría de los casos estos recopilatorios presentan nombres de lo menos imaginativo. Sin embargo, en este artículo recordamos honrosas excepciones: discos que se arriesgaron más allá de la comercialidad de un ‘Best Of’ o ‘Greatest Hits’ para apostar por un nombre más original. Estos son algunos que hemos reunido con ayuda de nuestros seguidores en Facebook.
The Cribs / Payola: Los inspiradores de este pequeño artículo son The Cribs, pues el grupo acaba de anunciar que celebrará sus 10 años en el mundo de la música en 2013 con un recopilatorio llamado ‘Payola’. Serán 22 singles acompañados de un CD2 con 18 caras B para hardcore fans. Estará en las tiendas tan lejos como casi en primavera, el 25 de febrero. En términos musicales, «Payola» hace referencia al soborno que se recibía tradicionalmente en las radios norteamericanas por pinchar un single (práctica en la actualidad prohibida, aunque se sigan concertando algunos estrenos). La ironía de todo esto es que un grupo como The Cribs, que en la radio ha sonado poco, y no Mariah Carey, haya sido quien haya recurrido a este nombre. Por cierto, ya había un disco de Berri Txarrak llamado así.
Roxette / Don’t Bore Us, Get To The Chorus: Aunque Roxette hacían trampa poniendo en grande el clásico «greatest hits», el dúo hacía historia con un ingenioso subtítulo que de hecho se convertiría en el único título en la edición americana. «No nos aburras, llévanos al estribillo» era toda una declaración de intenciones que recogía una decente cantidad de hits del tamaño de ‘The Look’, ‘It Must Have Been Love’ o ‘Sleeping In My Car’.
The Rolling Stones / Forty Licks: Después de unos 30 recopilatorios (y no exageramos), alguien tuvo la idea de titular un «greatest hits» de los Rolling uniendo el número de canciones que contenía con la mítica lengua que siempre había sido el emblema del grupo. Los lenguatazos no decepcionaban demasiado: de las 15 canciones más escuchadas de los Rolling Stones según Last.fm, están todas. La gente no es tonta y el disco fue un sonoro multiplatino en los países más importantes para la industria.
The B-52’s / Time Capsule: Songs for a Future Generation: B-52’s, uno de los grupos más graciosos de la historia, así en general, no pudieron dejar de hacer el payaso ni siquiera en los 90, cuando, animados por el éxito absurdo de ‘(Meet) The Flintstones’, volvieron a juntar todos sus éxitos (fantásticos como el primer día ‘Rock Lobster’ o ‘Planet Claire’) con este nombre que intentaba trascender y trasladar la historia del grupo hacia el futuro como pocos han logrado.
Lush / Ciao!: Lush se separaron en 1998 tras el suicidio de su batería. En 2001 se publicaba en 4AD un recopilatorio que aprovechaba el nombre de su canción junto a Jarvis Cocker, originalmente contenida en su tercer álbum, ‘Lovelife’. Como título de recopilatorio no tenía precio en cuanto a su doble significado en italiano: se decía «adiós» a la banda, pero también «hola» a los que no la conocieran o quisieran empezar a conocer a la reivindicada banda de shoegaze noventero.
Pixies / Death To The Pixies: Hay listillos que han intentado triunfar titulando sus compilaciones ‘The Worst Of’, como fue el caso de Jefferson Airplane. El recopilatorio también de 4AD editado en 1997 para rememorar el décimo aniversario de los Pixies iba mucho más allá. Tomando la insistencia sobre la muerte y la destrucción de las letras del grupo de Frank Black, decidieron llamarlo «Muerte a los Pixies». Irónicamente después resucitaron para dar un montón de conciertos en los 2000. Luke Haines pareció tomar la idea para ‘Luke Haines Is Dead’, que no recopilaba hits sino rarezas.
Pet Shop Boys / PopArt: La representación del pop más elegante de los últimos 25 años corre a cuenta de Pet Shop Boys. Sólo a ellos podemos perdonarles que no respetaran en su mejor «grandes éxitos» orden cronológico alguno, por el gran hallazgo que supuso dividirlos entre llenapistas en un CD (‘Pop’) y canciones más reflexivas e inteligentes en el otro (‘Art’). Referenciando obviamente, y también en su estética, el «pop art», lograban hacernos olvidar todos los #1’s que el público les ha negado.
Madonna / The Immaculate Collection: La Madonna actual divide, la de los 90 hasta ‘Ray of Light’, también. Pero no la de los 80. Este recopilatorio sobre sus primeros singles tenía tan poca mácula que era reconocido como uno de los mejores discos del siglo XX hasta por el Rockdelux (imaginaos cuán bueno es). El doble sentido de su título tenía gracia: el disco aparece dedicado al Papa (por aquel entonces Juan Pablo II), «mi inspiración divina».
Lio / Peste Of: Gracias a la encuesta que realizábamos a través de nuestro Facebook, descubríamos que un recopilatorio de 1995 de Lio recibía el pizpireto nombre de ‘Peste Of’, algo que iba mucho más allá de ‘The Worst Of’, pues «peste» significa lo mismo en francés que en castellano. Los franceses -bueno, belga en este caso-, siempre tan dispuestos a sacar punto a lo anglosajón. El disco contenía los éxitos de la artista, como ‘Les brunes comptent pas pour des prunes’, ‘Le Banana Split’ o por supuesto la genial e imperecedera ‘Amoureux solitaires’. ¿Sería el nombre una metáfora para esta última, que nunca consiguió ser superada?
Garbage / Absolute Garbage: ¿Cuántas críticas se han mofado de la calidad de los discos de Garbage? El País, Rockdelux, el Twitter de Scanner FM… y eso sin salir de nuestro país. Conscientes de su posición en la industria, pero confiados en su éxito comercial, los de Butch Vig llamaron a su compilación como ellos, «basura», pero añadiéndose un «absoluta» delante que resultaba irónico conteniendo hits tan perfectos como ‘Push It’. En la línea, R.E.M. titularon su «best of» de despedida ‘Part Lies, Part Heart, Part Truth, Part Garbage!’ y también existen dos compilaciones llamadas ‘Cream of the Crap’ de Hellacopters, aunque en este caso se referían a rarezas y caras B.
Alaska / Delirios de grandeza: En los años turbios de Fangoria (desde el punto de vista comercial, que no artístico), EMI reunió hits de Pegamoides y Dinarama (y una propina de Fangoria) en este álbum de título gracioso en su época, que hoy no deja de resultar premonitorio. De vez en cuando se sigue dejando caer por la lista de ventas, posiblemente porque nunca antes se había reunido la carrera de ambas formaciones de manera decente y cronológica.
Echobelly / I Can’t Imagine The World Without Me: Aprovechando que una canción de su primer disco se llamaba así, Echobelly se animaron a titular de esta manera tan ingeniosa la primera revisión de su carrera, que salía al mercado en 2001, cuando tenían ya casi todo el pescado vendido. No faltaban ‘King of the Kerb’, ‘Great Things’ ni ‘Insomniac’. ¿Te imaginas el mundo sin ti? ¿Y sin tu hit favorito?
Motörhead / Deaf Forever: Motörhead tuvieron el ¿humor? necesario para titular su compilación del año 2000 con el metalero título de «sordo para siempre». Como en el caso de Echobelly, supieron servirse de una canción que ya tenían con ese nombre para reunir sus éxitos (sus fans se enfadaron porque faltaban algunas de sus favoritas), en este caso riéndose también -suponemos- de lo que se critica el género por hacer daño a los oídos.
Elvis / 50.000 Elvis Fans Can’t Be Wrong: Aunque en este listado hemos evitado incluir discos que no son «grandes éxitos» propiamente dichos (rarezas, directos, etcétera, quedarán para otra ocasión), no podemos dejar de hacer una mención a este disco que unía caras A y caras B de Elvis en 1958 y 1959. El titulito de marras inspiraba a generaciones posteriores, y Elvis Costello, The Fall, Soulwax y también Bon Jovi lo copiaban para sus cosas. ¿Pueden un millón de moscas estar equivocadas?
Luz Casal / Pequeños y grandes éxitos: La gran mentira de los «grandes éxitos» de la historia es que están llenos de canciones que en realidad no fueron «grandes éxitos» sino éxitos medianos, pequeños o flops como catedrales. Luz Casal fue lo suficientemente honesta en los 90 como para recurrir a este nombre (y a ‘Pequeños, medianos y grandes éxitos’ en 2006) que debería haber creado escuela… pero no. Extremoduro parecieron inspirarse para su ‘Grandes éxitos y fracasos’ (2004), pero poco más. Así le va a la industria.