Hay que reconocer que la propuesta de Jacco Gardner tiene su atractivo: Joven, desconocido y misterioso músico completamente obsesionado con el pop psicodélico perpetra -prácticamente en solitario- un apabullante y detallista disco de debut desde su estudio casero sito en un lugar tan inesperado como puede ser Holanda. Las promesas de una especie de tesoro anacrónico -introvertido, hecho a mano y ajeno a las tendencias- que aterriza en un momento en el que la música es poco más que una excusa social no pueden ser recibidas por unos cuantos (entre los que me encuentro) como otra cosa que no sea un regalo de los dioses.
Y ‘Cabinet of Curiosities’ ofrece exactamente lo que promete. Desde el mismo primer instante, con el comienzo de ‘Clean the Air’ -ese redoble, ese clavicordio- te das cuenta de que estamos ante una suerte de viaje interior al mundo de una persona completamente apasionada por todo lo que rodea al mejor pop barroco de finales de los 60. Ahora bien, donde otros se quedan en el artificio kitsch o el revival superficial, el minucioso Gardner se adentra en lo más esencial consiguiendo que sus canciones sorprendan e impresionen a la primera como si las hubieras estado esperando toda la vida.
Sensaciones parecidas a cuando Elefant rescató del olvido a Nick Garrie o cuando llegó a Europa el debut de Smiles and Frowns. No en vano, los más fanáticos de ‘The Nightmare of J.B. Stanislas’ verán en alguna canción -como ‘Pupets Dangling’ y muy especialmente ‘The One Eyed King’- una estupenda continuación del mismo modo que los que esperamos con entusiasmo la nueva entrega del dúo de Arizona encontramos más de un paralelismo en temas como ‘Watching the Moon’ o ‘The Riddle’.
Sin embargo, hay en este ‘Cabinet of Curiosities’ algo que -dentro de un sentimiento de satisfacción general- lo hace más pesado, más complicado de digerir si realmente se le presta atención. Me atrevería a decir que es porque parece un trabajo más centrado en el sonido que en las canciones. Esto tiene su lado bueno, por supuesto, que no es otro que esa sensación de inmersión total -totalmente reconocible- que se tiene al escuchar cualquier pequeño fragmento del disco. La maravillosa instrumental que le da título -no muy alejada del primer Mark Tranmer, cuando se hacía llamar Gnac- podría ser un ejemplo de cómo sugerir apropiándose de sonidos y recursos ajenos. Por contra, hace que las canciones se queden a veces en un segundo plano (‘Lullaby’ o incluso el single previo ‘Where Will You Go’). Por ese motivo, los cuatro últimos temas del álbum -algo más ligeros, levemente menos cargados de psicodelia- componen un final de álbum realmente bonito: los evocadores ‘Help me Out’ y ‘Summer’s Game’, pero -sobre todo- los maravillosos ‘Chameleon’ y ‘The Ballad of Little Jane’, donde los arreglos subrayan unas melodías ya de por sí brillantes.
En definitiva, ‘Cabinet of Curiosities’ -publicado por la discográfica norteamericana Trouble in Mind- es un álbum valiente y notable de un músico que visitará España durante el mes de abril de la mano de quien editara su primer single -‘Clear the Air’- el año pasado: el sello cántabro Action Weekend.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Cabinet of Curiosities’, ‘Chameleon’, ‘The Ballad of Little Jane’, ‘Clear the Air’
Te gustará si te gustan: The Millenium, The Association, The Zombies, The Smiles and Frowns
Escúchalo: Deezer.