John Grant te recibe con el semblante serio. Resulta amable y por momentos divertido, pero tampoco da mucho pie a demasiada broma cuando te cuenta algunas de las tragedias que han seguido sacudiendo su vida durante los últimos años. Hablamos en un hotel de Madrid sobre su nuevo álbum, el excelente ‘Pale Green Ghosts’, que sucede esta semana al emocionante ‘Queen of Denmark‘ alternando la delicadeza de este con nuevos toques de electrónica incluso abrasiva y desconcertante.
El álbum contiene una mezcla de dos cosas, por un lado hay una evidente influencia del folk y por otro de la electrónica, pero siempre desde un punto de vista muy pasional, ¿nunca quisiste tomar simplemente una dirección? ¿Era tu objetivo alternar las dos?
No, no me vi en la obligación de escoger por ninguna razón. Esta vez he introducido sonidos que me han gustado por igual desde siempre aunque no lo haya expresado. Por ejemplo, me encanta una banda de los 80, Devo, y es algo que creo que no había expresado en mi música con anterioridad, pero que estaba ahí. La pasión es algo que siempre me ha interesado, pero quería que este disco fuera en diferentes direcciones, no sólo que reflejara el sentimiento de dolor, sino que ayudara a soportar la vida.
¿Cómo es la vida?
Una mierda.
Bueno, no está tan mal, ¿no?
Un mundo en el que tu madre se muere de cáncer, en el que te pueden llamar maricón, en el que puedes ser seropositivo… Por supuesto hay cosas buenas y en muchos sentidos eso también se refleja en el álbum. Si una idea resumiera este disco, esa sería la de aceptación.
He leído mucho sobre lo mal que lo pasaste en los 90, tu adicción a las drogas, tu miedo escénico… ¿estos cuatro años desde el último disco han sido tan malos? En cierto sentido, pareces calmado, tranquilo, como con las cosas asumidas…
Pues creo que estos últimos cuatro años han sido los más duros de mi vida, porque ya no tenía las drogas para protegerme a mí mismo. Antes, de alguna manera, me ayudaban a salir adelante. Es triste decirlo, pero las drogas logran apartarte de ti mismo cuando lo necesitas…
He leído en algún lado que el cerebro no se desarrolla por completo hasta casi los 30 años, pero que gracias a ello a partir de entonces las cosas no te afectan tanto como de adolescente, pero igual ha sido un estudio bastante tonto sin fundamento. Desde luego no es tu caso…
Estoy de acuerdo con esa teoría también. Pero a su vez tienes que lidiar con el dolor de una manera en la que no tenías que hacerlo antes. Empiezas a perder gente, tus amigos mueren y mirar hacia otro lado fingiendo que no pasa nada ya no es una opción.
A pesar de todo el disco contiene grandes dosis de humor y dices que querías abiertamente hacer un disco divertido. Hay algo divertido simplemente en frases como «tengo 43 años», aunque no me preguntes por qué, por no hablar de ese 65% de diversión de que hablas en la letra de la misma canción.
Sí, me gusta alternar. El humor, el saber reírte de ti mismo es lo que te ayuda a salir adelante. Como te decía antes, era justo eso lo que quería buscar en este álbum. Era muy importante hablar de las cosas malas que han pasado a lo largo de estos años, pero no hacerlo sólo para enterrarte en una especie de fango, sino para ayudarte a reírte de ello y afrontar la vida lo mejor que se pueda. Es lo que he querido decir en la letra de ‘I Hate This Town’. Si te lo he conseguido transmitir, es que lo he hecho bien.
Has trabajado con Sinéad O’Connor, que también lo ha pasado muy mal recientemente, ¿a veces no te daban ganas de ayudarla, de darle un consejo?
En absoluto. En todo caso me lo tendría que dar ella a mí. Para mí lo más importante es la relación de amistad que tenemos o el apoyo que podemos encontrar el uno en el otro, es una relación de igual a igual. Yo no sabría darle ningún consejo. Está donde está porque es una persona muy fuerte. En el fondo, lo que le pasa es lo mismo que le pasa a muchísima gente, la única diferencia es que ella lo pone en el mapa, por alguna razón lo hace público. No te sé decir si eso es algo positivo o no, pero sí sé que es lo único que hace que su caso sea diferente. Es muy buena madre, es una persona muy inteligente que sigue sacando discos buenísimos y una excelente amiga. Yo no estoy en la situación de darle un consejo…
Cuando te entrevistamos a finales de 2011 ya nos hablaste del sonido ochentero de este disco, pero no dijiste que GusGus estaban implicados, ¿no lo sabías entonces o era un secreto? ¿Has sido siempre fan? Parecen siempre algo infravalorados…
No, nunca fue un secreto, supongo que entonces aún no lo sabía. Los conocí en Iceland Airlines, que es un festival, y creo que compartimos el modo de entender la música. Empecé a hablar con ellos y me pareció buena idea que se implicaran en el álbum. El primer disco fue muy grande, bastante popular y realmente ’24/7′ para mí fue un punto de inflexión, me ayudó a salir de un enorme pozo en el que me encontraba y a encontrarme a mí mismo.
¿Por qué has escogido un single tan sintético y después has sacado otro también sintético, cuando hay otros más clásicos que habrían gustado a los fans del anterior?
Bueno, mi idea no era que ‘Pale Green Ghosts’ fuera un single, sino simplemente una canción que sirviera como introducción para el álbum. De hecho por eso el disco se llama como este tema. No me preocupan mucho las decisiones de qué tema mandar a las radios y cosas así. Puede que te comas la cabeza pensando qué tema escoger y de repente al DJ le gusta otra y pincha esa otra. Esto ahora mismo ya funciona así. Si me hubieran pedido escoger un single, creo que me habría decantado por ‘Great Mother Fucker’ y ‘I Hate This Town’.
Estaba pensando más en tus fans que en lo que pudiera resultar de una radio, sobre si la gente se asustaría al escuchar dos canciones electrónicas seguidas.
Bueno, hay cinco o seis canciones que podrían estar sin problema en el álbum anterior…
‘Why Don’t You Love me Anymore’ es una de las más experimentales, y yo creo que es una de las fundamentales, ¿es de tus favoritas también? Oigo ecos de Dead Can Dance y el final es muy interesante, me pregunto si lo tenías en la cabeza desde el principio o experimentaste con él en el estudio.
Lo tenía en la cabeza desde el principio. De hecho, con ese final quería representar el sentimiento de pérdida del amor. Es una de las preguntas más sinsentido que te puedes hacer. «¿Por qué ya no me quieres?». En el mismo momento en el que lo planteas, ya no hay nada más que decir. Es completamente absurdo. Y quería que los sonidos reflejaran eso exactamente.
¿Es tu favorita?
Creo que una de ellas es ‘It Doesn’t Matter To Him’, me gusta mucho cómo suena la armónica al final.
¿Qué hay de ‘Sensitive New Age Guy’? Es una de las que realmente te hace bailar.
Es una canción muy especial, está dedicada a un amigo que se pegó un tiro en la cabeza.
Lo siento muchísimo, nunca lo habría adivinado…
Con los sonidos que incorpora la canción trataba de evocar su personalidad, su manera de ser. Es por eso un tema oscuro en el que he intentado rendirle homenaje y honorarle. Yo creo que le pegaría lo que he hecho.
¿Y ‘Vietnam’?
Escogí el título preguntando a la audiencia si querían que se llamara así o ‘Agent Orange’, alguien en el público dijo que ‘Vietnam’, así que lo decidí en ese momento. ‘Vietnam’ es una palabra muy fuerte, y en algún momento pensé que todo el disco se tenía que llamar así, pero se ha usado demasiado en el pasado para titular cosas, por lo que al final opté por otro nombre.
Colaboraste con Hercules & Love Affair. ¿Andy nunca fue una opción para producir el disco?
Tiene el mismo sentido que yo de mezclar sentimientos encontrados dentro de la misma canción. Conocí a Andy en 2012, en enero, por eso quizá ya no fue una opción para producir el disco. Ni se me ocurrió, estaba muy avanzado y él además es muy rápido. Tengo dificultades para escribir con gente, pero es un tipo muy divertido, me lo he pasado muy muy bien con él. No descarto volver en el futuro.