Fuck Buttons / Slow Focus

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Fuck Buttons / Slow Focus

Slow-FocusSu insólita aparición en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos del pasado año en Londres (al parecer, Underworld recomendaron vivamente a Danny Boyle la participación del dúo) puede marcar de forma indeleble la carrera de Fuck Buttons. De momento, ya ha posibilitado que hayan sido cabeza de cartel de un gran escenario en el reciente festival de Glastonbury y que ya tengan programado un extenso tour tanto en su tierra, Reino Unido, como en el resto de Europa para el próximo otoño, por improbable que pareciera tras dos álbumes de electrónica experimental tan espinosos y tan poco aptos-para-todos-los-públicos como ‘Street Horrrsing‘ y ‘Tarot Sport’ (42º mejor disco de la pasada década para JENESAISPOP).

En ellos, el dúo de Bristol logró dar con una fórmula, definible de muchas maneras menos «cómoda», que condensaba apabullantes drones con pseudo bailables bases hip hop, apostando (sobre todo en directo) por una potencia sonora descomunal, que hacía temblar todo alrededor. A tenor de la impredecible repercusión que, como decíamos, han obtenido en el último año, parecería totalmente legítimo que en ‘Slow Focus’, su nueva obra, hubieran decidido aprovechar la ola y apurar un poco más esos logros. Pero ese no parece el camino que Benjamin John Power y Andrew Hung han decidido tomar. Su tercer disco, lejos de ser inmovilista, pretende redirigir su nave hacia otra ruta o, al menos, seguir un camino alternativo para alcanzar la misma meta.

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La magia de Fuck Buttons, según ellos mismos, está en la especial conexión creada entre sus dos miembros, que tienen como única premisa estar creando siempre simultáneamente, con ambos dentro del mismo espacio físico. Ese vínculo tan particular les llevó a pensar, tras las dos experiencias previas, que nadie podría ser mejor productor que ellos mismos para ‘Slow Focus’, enfrascándose en un proceso tan minucioso que ha derivado en el largo lapso de cuatro años desde que se publicara el soberbio ‘Tarot Sport’. Esa minuciosidad, esa búsqueda del detalle, es una de las principales características de este nuevo álbum, en el que es palpable el esfuerzo por mostrar, de forma medida y cuidada, las distintas capas que se van sumando hasta lograr ese ruido catedralicio marca de la casa. Los mejores ejemplos están en una ‘Year Of The Dog’ que no llega al esperado estallido y muestra la influencia que ejerce en el dúo la música de Disco Inferno y en el single ‘The Red Wing‘, un auténtico grower. No es que hayan pasado del drone al glitch, pero casi.

Pero, sobre todo, el principal cambio en ‘Slow Focus’ frente a sus predecesores es que reducen ese zumbido alienígena que suele inundar sus canciones y abrazan un sonido mucho más orgánico, dejando que percusiones reales (en el poderoso inicio de ‘Brainfreeze’, por ejemplo), órganos (‘Prince’s Prize’) y guitarras (‘Hidden Xs’) resulten sorprendentemente nítidos y reconocibles, creando un interesante contraste. Lo cual, en contra de lo que pueda sugerir, no hace que estemos ante una música más dócil o, digamos, bonita. Las repeticiones hipnóticas y obsesivas y los ambientes malsanos y oscuros (especialmente en la perversa ‘Sentients’) contribuyen a plasmar esa sensación de confusión y extravío que sobreviene al despertar de un sueño (o una pesadilla) profundo y muy real, ese «enfoque lento» hacia la realidad al que remite su título. El glorioso cierre, con sendas epopeyas (‘Stalker’ y ‘Hidden Xs’) de más de diez minutos que logran al fin elevarnos hasta las fuertes sensaciones de ‘Tarot Sport‘, es un arma de doble filo. Deja claro que ‘Slow Focus’ les engrandece como creadores y experimentadores, pero también evidencia que, en líneas generales, está levemente por debajo de aquel.

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Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Hidden Xs’, ‘Stalker’, ‘The Red Wing’, ‘Brainfreeze’
Te gustará si te gustan: tanto Autechre como Swans
Escúchalo: Spin

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