Por si alguien todavía no está enterado, lo decimos ya: ‘Guerra Mundial Z’, la película, solo se parece a ‘Guerra Mundial Z’, la novela, en una cosa: el título. Nada más. Para adaptarla habría que haber realizado algo parecido a un falso documental y no un blockbuster veraniego de catástrofes apocalípticas. Podríamos decir entonces que la película está “inspirada lejanamente en…” y que la adaptación de la novela queda todavía pendiente.
Y es una pena, porque ‘Guerra mundial Z: Una historia oral de la guerra zombi’ (que ha reeditado, esperemos que puliendo traducción y erratas, Almuzara) es una de esas novelas que, mientras la estás leyendo piensas: “esto hubiera quedado mejor en cine”. O en una serie (¿un capítulo por entrevista?).
Su premisa argumental es de lo más sugestiva. A través de los testimonios recogidos por el propio autor en su informe para la Comisión de Posguerra de Naciones Unidas (sic), Max Brooks nos cuenta cómo se originó, desarrolló y finalizó la guerra mundial contra los zombis. Estructurada por medio de un conjunto de entrevistas ordenadas cronológicamente, la novela es una crónica de guerra, un relato coral con múltiples voces que proporciona diversas perspectivas sobre el conflicto.
Como en su ‘Zombi – Guía de supervivencia’ (Berenice, 2008), Brooks (hijo del director Mel Brooks) vuelve a adentrarse en el universo zombi desde una perspectiva singular. Un atractivo punto de vista que le permite mezclar el relato de terror y el drama bélico con la ciencia ficción ucrónica. Pero, como también ocurría en su anterior novela, una vez diluido el impacto inicial, difuminado el deslumbramiento por lo original de la propuesta, ‘Guerra mundial Z’ se acaba resintiendo de la rigidez de su propia estructura. Leer una entrevista tras otra, por muy interesantes e ingeniosas que sean algunas, acaba resultando repetitivo y, lo que es peor para una novela de género, aburrido.
Lo que podría haber sido un inexcusable referente literario en la actual moda de ficciones sobre zombis, una potente alegoría sociopolítica a la altura de la serie ‘The Walking Dead’, finalmente se queda en un curioso experimento, en un original pero muy irregular complemento indicado para fans y completistas del fenómeno de los muertos vivientes. 6.