Los cántabros La Chica y la Grande fueron los encargados de abrir la segunda jornada de la 5ª edición del Santander Music Festival. Ante una audiencia bastante reducida todavía, los ganadores del certamen Música Joven de Cantabria del 2012 en la categoría pop-rock, ofrecieron un buen concierto lastrado quizá por la actitud de «no nos creemos que estemos aquí y se lo queremos agradecer a todo el mundo» que causó que la banda no dotase al concierto de la agilidad que el horario requería. Por lo demás, su propuesta musical resultó lo bastante sólida (nada innovadora, eso sí) como para apuntar a la banda en la lista de grupos a los que va a haber que seguir con atención.
Dorian encabezan la lista de bandas nacionales con una amplia legión de fans pero con muy mala prensa. Al igual que ocurre con Lori Meyers, Love of lesbian o Vetusta Morla, la segmentación mal entendida que tanto se da en el mundo de la música hace que para que el público indie no sean lo bastante alternativos y para el público mainstream sean demasiado raros. Aún así, todos estas grupos consiguen que sus actuaciones en festivales sean siempre las más multitudinarias y en las que se ve mayor conexión con la audiencia. De esta forma, entre citas de Julio Cortázar y pepinos incontestables como ‘A cualquier otra parte’, ‘Los amigos que perdí’ o ‘Tormenta de Arena’ (hit incuestionable pese a quien pese) los barceloneses ofrecieron un espectáculo intachable, con un sonido cristalino, que no decepcionó a nadie. Igual ya es hora de que nos replanteemos ciertos prejuicios.
Keane saltaron al escenario, en forma de cuarteto, con todo ganado de antemano. Tom Chaplin, cuyo virtuosismo vocal sorprendió bastante, supo suplir su falta de carisma con las típicas frases de «me gusta mucho la comida españolo» y demás. Intachables en lo que a sonido se refiere, la banda originaria de Battle midió perfectamente los tiempos y supo formar un set list lo suficientemente acertado como para que los fans y oyentes ocasionales pudiesen disfrutar del evento. ‘Somewhere only we know’ fue, probablemente, la canción más coreada de todo el festival y la ovación que les dedicó el público al finalizar el concierto también fue la más grande de todo el Santender Music Festival.
Había bastante curiosidad por saber qué iba a hacer Calvin Harris anoche en Santander. Lo que hizo, básicamente, fue ponerse a los platos y reventar el festival. Con un montaje espectacular (dos pantallas divididas horizontalmente, con él en medio); un juego de luces i-n-c-r-e-í-b-l-e y unas proyecciones apabullantes, el creador de ‘We Found Love’ consiguió lo que no pudo conseguir Kirk Douglas en ‘Cautivos del mal’: un constante subidón sin ningún momento para relajarse. Con un disco como ’18 Months’ bajo el brazo es difícil fallar pero Harris fue capaz de mejorar su trabajo de estudio tirando de samples de Basement Jaxx y, sobre todo, dar forma a uno de los mayores espectáculos que yo he tenido el placer de ver. Puede que su biblioteca de sonidos sea bastante reducida y puede también que haga siempre la misma canción pero, y eso es así, los temas funcionan. ‘Bounce’, la ya citada ‘We Found Love’, ‘Feel So Close’ y, sobre todo, ‘Sweet Nothing’ fueron auténticas explosiones de júbilo.
Los daneses Reptile Youth fueron la mejor opción para cerrar la jornada con su post-punk bailable. Ojalá poder verles en otras condiciones y sin que alguien como Calvin Harris les haya puesto el listón tan alto porque Kristiansen y los suyos sonaron bien, estuvieron divertidos y temazos como ‘Speed Dance’ no se los salta un gitano.
Hacer una crónica de lo que supuso la jornada de ayer sin mencionar a Virginia Díaz no tiene sentido. La responsable del programa ‘180 Grados’ en Radio 3 hizo que el público se lo pasara en grande a base Vitalic, The Concept, Youngblood Hawke, The Courteeners o esa maravilla de The Shoes que es ‘Time To Dance’. Así, sin mezclar y atendiendo su twitter. Mejor no se puede.