La segunda entrega del Cuaderno Blackie Books mantiene el mismo espíritu de su predecesor. Aunque ha vuelto una vez más en pleno chapuzón piscinero, bien podría hacerlo en cualquier mes del año, sobre todo porque, al acabarlo, no apetece esperar hasta el próximo verano. No creemos fallar si nos agarramos al popular refrán «no hay dos sin tres». Tras el éxito de ventas del Vol. 1, que despachó más de 15.000 ejemplares, incluso pediríamos una nueva entrega de manera inmediata. Tal es el nivel de adicción que provocan algunas de las actividades propuestas, que son devoradas como juegos o aplicaciones de móvil.

Si de la publicación anterior comentábamos que sus autores -Daniel López Valle al frente de los ejercicios y Cristóbal Fortúnez al de las ilustraciones- debían de disfrutar de lo lindo en la elaboración de un trabajo tan minucioso, en las apariciones que han hecho por algunas librerías, hemos podido comprobar que generan un efecto idéntico entre los asistentes. No se nos ocurre mejor modo que ese gran show a modo de concurso que se organizó este verano para la presentación de este compendio de pasatiempos, ejercicios, descubrimientos –impagable la sección historias extraordinarias- y otros “quereceres”. Ambos actuaron como presentadores de concurso de televisión y regalaron cervezas en los aciertos. Un medio -el de la televisión- por el que conocimos la faceta de concursante en ‘Saber y Ganar’ de Daniel López y sus ansias por un gin tonic. 

A medida que avanzamos páginas logramos, como quien no quiere la cosa, aumentar conocimientos tanto en temas serios como con otros que no lo son tanto. O reflexionar sobre determinadas cuestiones entre risas (“la mejor manera de acabar con la familia es montar una banda”), construyendo para ello un cuestionario donde aparecen los Gallagher, los Jackson, los Muñoz, los Cano –siempre encontraremos algún referente nacional- y los Wilson, entre otros. Aunque la palma se la lleva, en la sección de música, el cartel ficticio que como broma espontánea debió de surgir en el proceso editorial: el Festican. Un festival para perros en el que encontramos actuaciones de Lady Galga, Laika del Rey, Dover-Man –de nuevo la referencia nacional-, Jarvis Cocker Spaniel…

En este Vol. 2 se repiten las temáticas de música, cine y deportes. Las novedades vienen con secciones de literatura, donde descubrimos embobados que algunas frases que creíamos de Oscar Wilde en verdad no lo son; historia, desvelando que leyendas muy conocidas son en su mayoría falsas; arte, donde aprenderemos a dibujar el Ecce Homo según Cecilia Giménez; mundo, con una ilustración de Don Juan Carlos I, Rey de España, hablando de animales extinguidos o en vías de estarlo; y televisión, incluyendo un megatest sobre series estrenadas muy recientemente (como muy bien advierten, ojito a los spoilers).

La lista de ejercicios en todas las materias es interminable, las casi 500 ilustraciones –imprescindible el juego de la Ocagol en deportes con frases como: «de Guti a Guti y tiro porque me va de debuti»- que acompañan se ajustan como un guante, pero el mérito es ofrecer una sensación cultural nueva. Con este Cuaderno de Blackie Books Vol. 2, se desmantela la idea de que un autor sobre temas de cine puede odiar la TV, o que al que le gustan los deportes no le interesará la música. El lanzamiento lleva al primer plano un pasatiempo que había estado relegado a uno segundo, como un relleno en una cadena de radio antes de las señales horarias, o una página a la que no se presta demasiado tiempo en un suplemento dominical del periódico. Además esta vez el proverbio que tiene origen en El Quijote no se cumple: segundas partes pueden ser igual de buenas, más cuando empiezan a salir imitadores. 9.