Aún bajo los efectos, no precisamente secundarios, que ‘Breaking Bad‘ ha provocado en la audiencia, ha llegado ‘Masters of Sex’ a nuestras pantallas vía Canal +, en versión original subtitulada y 24 horas después de su estreno en Estados Unidos. Un consuelo que puede ayudar a calmar el vacío que ha dejado el cierre de la serie de Walter White, tarea difícil porque es inevitable equiparar lo recién visto con lo nuevo que está por venir.
Mucho antes de que La Casa Azul alcanzara uno de sus mayores éxitos, la sociedad norteamericana de finales de los años 50 pronosticaba un futuro catastrófico en el primer estudio sobre el comportamiento sexual que se comenzaba a gestar. Gracias a los experimentos y a la investigación que el ginecólogo William Masters y la psicóloga Virginia Johnson aportaron en el libro de Thomas Maier, comienza para algunos la liberación de un asunto que hasta la fecha era un tabú: comprender la conducta sexual y cuáles son sus efectos en el ser humano.
Al margen de la última serie que nos ha vapuleado, las comparaciones en lo estético con ‘Mad Men‘ – lógicas por compartir época- o con otras series que en materia de sexo han intentado romper fronteras, como ‘Sexo en Nueva York’, ‘Californication’ o ‘Girls‘, encontramos buenos indicios en el punto de partida de ‘Masters of Sex’. No solo porque el sexo es tratado sin prolegómenos y con una diversidad ilimitada, sino también porque desde los primeros minutos los protagonistas van mostrando sus cartas sin cortapisas, sin dar cabida al menos de momento a fragilidades emocionales y en un tiempo récord. Tan veloz que ni ellos mismos tienen margen para desarrollar sus niveles de fortaleza, dando lugar a un lado dramático sobre el que seguramente se podrá ir excavando en los próximos capítulos.
Ambientada en un momento peligrosamente conservador y teniendo rodada ya la mitad de los 12 episodios de la primera temporada, ‘Masters of Sex’ cuenta con los directores Michael Apted o John Madden (‘Shakespeare in Love’, ‘El exótico hotel Marigold’), que tienen ante sí el desafío de rodar escenas bastantes explícitas, no solo por los actores Michael Sheen como ginecólogo (hizo de Tony Blair en ‘The Queen’, ‘El Desafío: Frost contra Nixon’) y Lizzy Caplan como psicóloga (‘True Blood’), sino por un elenco numeroso de secundarios. Un reto que el espectador de series de ficción, en este caso concreto, no desea que lo sea tanto.
Calificación: 7,5/10
Destacamos: el sexo es el protagonista: orgasmo, masturbación, pene o vagina no parecen tener un papel secundario.
Te gustará si te gusta: ir al grano no solo bajo las sábanas, también en la presentación de los personajes.
Predictor: Puede funcionar muy bien si mantiene el mismo ritmo y no intenta alcanzar de forma estridente la misma cumbre que alcanzaron los protagonistas reales.