Veinte años después del debut de los Cardigans, no tanto ha cambiado en cuanto a voces en el panorama musical. Millones de archivos descargados o subidos a las plataformas de streaming después, las mejores siguen considerándose en general las más chillonas, las que pueblan los «talent»-shows de la televisión, ganan Grammys y salen en la Rolling; mientras el público y la prensa independientes rara vez se detienen en este aspecto, valorándolo si acaso como un instrumento más. Es habitual escuchar cosas como «no me gusta Adele, aunque tiene un vozarrón» y no tanto algo como «me encanta la voz de Victoria Legrand, es imposible confundirla con la de otra persona».
‘Animal Heart’ es el primer disco que firma con su nombre Nina Persson, tras un par de reseñables aventuras como A Camp, donde se acompañaba como aquí de su marido Nathan Larson y un compositor extra (ahora ha cambiado a Niclas Frisk por el ex The Shins Eric D. Johnson); y puede decirse que es claramente su álbum más electrónico desde ‘Gran Turismo‘. Sin embargo, el fondo da lo mismo porque lo que escuchamos en primer plano es su voz, revelando enseguida lo que se la ha echado de menos. Una voz baja, aniñada y modesta, aparentemente inofensiva como la de Sarah Cracknell, pero idónea para las travesuras que ha entonado desde sus tiempos mozos en la escuela de arte y que la llevaron a quedar la mar de bien en ‘Palíndromos’ de Todd Solondz.
La ingeniosa estupidez de las letras de Nina en la línea de «Oh, don’t do that / don’t use that bat» permanece intacta, y además ahora se ve enriquecida por los dramas de la edad adulta a través de una serie de personajes en los que ella y su marido dejan volar su imaginación, su «corazón animal». Nina ha sido madre, está felizmente casada y ha superado un cáncer, pero no esperes encontrar nada de eso en este disco. Por el contrario, si un día los Cardigans versionaron a uno de sus grupos favoritos, Black Sabbath, ahora la balada de despedida de este lanzamiento recibe el nombre de ‘This Is Heavy Metal’; y en el hilarante arranque de ‘The Grand Destruction Game’ nos encontramos a Nina haciendo ojitos con «un marinero, el cantante bizco de una mala boyband o un elegante gangster», sin que nada de todo esto llegue a buen puerto.
Los desastres amorosos ocupan buena parte de las canciones, como es el caso de ‘Clipped Your Wings’ o ‘Dreaming of Houses‘, pero lamentablemente sin que ninguna de estas composiciones alcance el «punch» de hits pasados del grupo original como ‘I Need Some Fine Wine…’, ‘Don’t Blame Your Daughter’, ‘For What It’s Worth’ o incluso ‘Love Has Left The Room’ de A Camp. Porque aunque las nuevas se basen más en sintetizadores ochenteros y teclados, no hay duda de que el aura folkie de la última década musical de la artista predomina sobre lo popi (ella es muy fan de Neil Young). Así, a un single algo errado hay que sumar una serie de ideas algo inacabadas, como sucede con ‘Jungle’ o ‘Catch Me Crying’.
Sin embargo, ‘Animal Heart’ forma un conjunto muy escuchable e interesante en el que, a pesar de las imperfecciones, encontramos pequeños pero adictivos atractivos en casi cada una de las pistas. Unas por su letra, otras por su estribillo, otras por su sutil instrumentación circense u orgánica, todas terminan funcionando, constituyendo futuros growers como serán probablemente ‘Silver’ y su aire a canción clásica atemporal, o la confesional (o todo lo contrario) ‘Forgot to Tell You’, tan mona. ¿Acaso alguien adivinó en principio que ‘Golden Teeth and Silver Medals’ sería una de las más escuchadas del álbum anterior?
Calificación: 7,2/10
Temas destacados: ‘Dreaming of Houses’, ‘The Grand Destruction Game’, ‘Clip Your Wings’, ‘Forgot to Tell You’
Te gustará si te gusta: básicamente A Camp
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