Joe Strummer, más allá de un ‘Colegas, ¿dónde está mi coche?’

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Joe Strummer, más allá de un ‘Colegas, ¿dónde está mi coche?’

Joe-ineedConfieso que no he visto ‘Quiero tener una ferretería en Andalucía’, el documental de 2012 que también ilustraba el periplo de Joe Strummer en Granada y Almería y con el que se le comparará inevitablemente. ‘I need a Dodge!‘, que se proyecta en Beefeater In-Edit, se centra en una época anterior, la comprendida entre 1984 y 1986, y está planteado como una investigación sobre el paradero del famoso coche de Joe Strummer, después de que lo tuviera que dejar precipitadamente en un parking de Madrid para coger un vuelo a Inglaterra y asistir al nacimiento de su segunda hija en 1986. A la vuelta, Joe no recordaba dónde lo había aparcado.

Hombre de fe, no dudó en hacer un llamamiento a los fans españoles en 1997 para encontrarlo. No lo consiguió. Espoleado por el aura mítica de la historia, Nick Hall decide continuar las pesquisas. Estructurada combinando las entrevistas con la investigación, la búsqueda del adorado Dodge es un simple “mcguffin” para narrar lo realmente importante: la huida de Strummer de Inglaterra después del fiasco de la nueva formación de The Clash, la depresión (que trataba de ocultar) que este fracaso conllevó y sus amistades españolas: entre otros, los Radio Futura y, muy especialmente, los 091, a la sazón unos chavales ante la encrucijada del segundo disco.

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De hecho, en algún momento parece que la película verse más sobre la mítica banda granadina que sobre Joe o su coche perdido. Entre unos y otros nos muestran un retrato algo desdibujado pero certero de Strummer, su dicotomía entre su deseo de esconderse y sus ansias de reconocimiento; un mitómano que sabía aplicarse a sí mismo el halo de leyenda viviente pero que resultaba absolutamente accesible (como ilustran esas estancias en el King Creole madrileño dejándose adorar y tratando de seducir a todos los que entraban) a la vez que escondía casi herméticamente sus sentimientos.

Quizás un punto superficial, el documental te gana por la calidez y la simpatía que desprende, así como por todas esas anécdotas absurdas e hilarantes (y absolutamente verídicas) que desgrana: el punto culminante son las indagaciones sobre el destino final del Dodge de marras en el parking en que fue dejado por el líder de los “Glass” (sic). Rendición incondicional a su mítico protagonista (y a su no menos mítico auto). 7.

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