One Direction sorprendían a finales de este verano con el lanzamiento de un tema calcado en su base a hits de Fleetwood Mac tipo ‘Gypsy’ o ‘Dreams’, que ríete tú de las hermanas Haim. Tristemente, el disfrutable ‘Fireproof‘ sólo era un «buzz single» y además su sonido a duras penas tiene continuación en lo nuevo de la boyband. Sólo la divertida ‘Stockholm Syndrome’ seguiría la línea más animada de la banda de Stevie Nicks. Es entonces o en la pizpireta ‘No Control’ cuando piensas que One Direction van -ejem- en la dirección correcta. Pero en realidad lo que practica ‘Four’ a menudo sigue siendo una suerte de AOR lleno de clichés que deja canciones tan insulsas como el single ‘Steal My Girl’, en el que la melodía vocal va por un lado y el gancho instrumental por otro (‘Born in the USA’ era más pop que esto, en tanto que más pegadizo y menos desesperado), o ‘Where do Broken Hearts Go’ (me quedo con la canción así llamada de Whitney Houston, que ya es decir). Entre los pocos pros del nuevo trabajo de estudio de One Direction encontramos ’18’, la donación de Ed Sheeran, al que aparte de vender millones por su cuenta le sobran canciones para dar a los demás incluso en el mismo año en que lanza ‘x‘; o la eufórica ‘Clouds’ como cierre en plan Queen, que funciona en tanto que evita la baladita de turno. Sin embargo, en general One Direction continúan con inauditas dificultades para generar canciones memorables o distinguibles entre sí (‘Ready to Run’, una de las pistas con Jamie Scott, da muchas ganas de ponerse a Avicii), además de resultar todavía mojigatos y por tanto muy poco sexys. Si ya Bryan Adams te sonaba descafeinado, ¿cómo te va a sonar ‘Fool’s Gold’? Es increíble que un producto destinado a vender millones de copias pueda estar tan desprovisto de atractivos. Claro que eso es algo que ya advierte la holgazana portada.

Calificación: 4,9/10
Lo mejor: ‘Fireproof’, ‘No Control’, ‘Stockholm Syndrome’
Te gustará si: empiezas a escuchar el disco a partir de la 8
Escúchalo: Spotify