El trío liderado por Matt Bellamy nunca ha sido el más apto para idear álbumes conceptuales con ideas y fundamentos claros; siempre les ha tirado más la brocha gorda que el pincel, la grandilocuencia por encima de todo. Musicalmente han caminado casi por los mismos senderos, pero al menos en 2012 ofrecieron algo interesante a ambos niveles con ‘The 2nd Law‘, tratando (de manera un poco farragosa, eso sí, tendiendo más al drama que a lo científico) sobre las leyes de la termodinámica y el cambio climático, a la vez que introducían nuevos elementos en su sonido, como esos dejes dubstep de ‘The 2nd Law: Unsustainable’. Personalmente, me hicieron recuperar el interés en una banda de la que era fan a principios de la década pasada, pero que me acabó aburriendo con tanto exceso y conspiranoia.
Todo el interés que podía haber recuperado se fue por el desagüe al escuchar ‘Psycho‘, single de adelanto de ‘Drones’, el nuevo álbum de Muse: se oye a un sargento chusquero como el de ‘Apocalypse Now’ aleccionar a gritos a unos soldados, preparándolos para ser máquinas de matar. A continuación, un riff como el de ‘Roadhouse Blues’ de The Doors y un estribillo que reza «Your ass belongs to me now». Uf. Parece que, para su séptimo trabajo, Bellamy, Wolstenholme y Howard no se han querido comer la cabeza lo más mínimo: con un concepto tan manido como el del soldado al que le han lavado el cerebro y han convertido en un «drone», una máquina de matar y de cómo intenta rebelarse contra la voz de su amo, Muse pintan paisajes directamente con la máquina de gotelé de Benito de ‘Manos a la obra’.
Puede que los fans adolescentes de la banda se sientan atraídos por un concepto así, pero para los demás mortales tal vez sea mejor idea centrarse en lo puramente musical. ¿Se salva la música al menos? Por poco, por muy poco. Parece como si le hubieran cogido miedo a tomar riesgos, pues también van a lo seguro: todo rock, casi nada de electrónica, ningún giro extraño que te coja por sorpresa. No hay nada malo a priori por elegir ceñirse a sus instrumentos clásicos, pero tras sucesivas escuchas cuesta encontrar algo especialmente memorable, tanto en las canciones más rockeras como en las baladas.
Tampoco hay nada malo en que Muse hayan decidido no traspasar las barreras de su sonido clásico, esa no es la cuestión. El problema es que aquí hay tal falta de ideas nuevas que todo recuerda demasiado a otras canciones, concretamente a las de ‘Absolution’ (2003) o a las de ‘The Resistance’ (2009). Por ejemplo: aparecen claros trazos de ‘Stockholm Syndrome’ en ‘The Handler’, de ‘Uprising’ en ‘Psycho’ o de ‘Resistance’ en ‘Mercy‘. La sensación general con ‘Drones’ es que es un disco que, pese a su vergonzante concepto, se deja escuchar (Muse al fin y al cabo tienen la suficiente experiencia y habilidad técnica como para que no les quede un mal disco, al menos se salvan lo bien que manejan sus instrumentos o la inspiración en The Knife de ‘Dead Inside‘), pero que, por primera vez en la historia de la banda, no aporta absolutamente nada, mirando demasiado al pasado y casi nada al presente o al futuro.
Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Dead Inside’, ‘Mercy’, ‘The Globalist’.
Te gustará si: te gustaron ‘Absolution’ y ‘The Resistance’ y te quedaste con ganas de más.
Escúchalo: Spotify