Cola Jet Set / El fin del mundo

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Cola Jet Set / El fin del mundo

cola_jet_setHan pasado seis años desde ‘Guitarras y tambores‘, el anterior disco de Cola Jet Set. Entremedias, reuniones de Fresones Rebeldes y cambios de formación. Las más destacadas: la baja de Ana, lo que convierte a Alicia en voz principal, y el fichaje de Matt, el fan norteamericano que consiguió convertirse en miembro de la banda. Es él quien dota al sonido de este disco de más potencia de guitarra eléctrica, esos «y ahora, con más guitarras y tambores» que anuncian en su Facebook.

Sí, más guitarras, más tambores, más contundencia y mayor empaque para construir su disco de (ehem) madurez. Porque, aunque parezca que Cola Jet Set hayan huido siempre del término, madurez es la sensación que transmite este ‘El fin del mundo’. Madurez como punto exacto de sazón, por un lado, pero también como aceptación de los sinsabores que acarrea la vida adulta. El inicio engaña un poco; ‘Fin del mundo’ es un soleado pildorazo punk pop, contagioso y alegre. Es después de esta deliciosa fantasía apocalíptico-amorosa que el disco descubre su vena agridulce, donde algunos de sus temas se tiñen de melancolía y un cierto desencanto vital. Pero, lejos de resultar lánguidos, poseen tal energía que deberían convertirse en himnos generacionales para poperos desencantados, en salvavidas a los que asirse en caso de naufragio emocional. Es difícil no engancharse al contraste entre la melodía contagiosa de ‘Nada, nada, nada’ y su letra, casi amarga («es la nada lo que dura siempre»); a la súplica amorosa de ‘Aunque sea mentira’; al recuerdo a Los Planetas de ‘Unidad de desplazamiento’ en la evocadora ‘Centro de la Tierra’. Y, sobre todo, a los dos momentos cumbre del disco: ‘Sábado’, también muy planetera, un canto a esos momentos en que la vida parece caer completamente en el hastío, y la preciosa ‘Canadá’, el tema que Alicia ha compuesto en memoria de Pedro San Martín y homenaje también al sonido de La Buena Vida.

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Pero no todo son cielos nublados, que también brilla el sol en ‘El fin del mundo’, ya sea en la autoayuda sesentera de ‘No te enamores de mí’, con su juguetón órgano Hammond y sus pa-pa-ra-pa; el cántico de autoafirmación que es ‘Me levantaré’ (su particular ‘I will survive’); ‘Dosifícate’, con sus estupendos juegos de voces entre Alicia y Ruth; el aire a lo ‘El pasaporte’ de los Brincos de ‘Ahora te quiero más’ y, para rematar, el trallazo surf ‘Lo mejor está por llegar’, que culmina el disco e inclina la balanza finalmente hacia la vertiente luminosa del grupo aunque, en un hipotético combate por nuestro corazoncito, serían las canciones «tristes» las que vencerían. Con su frescura característica, Cola Jet Set han conseguido un disco fácil, hermoso y reconfortante, con visos de convertirse en su gran clásico.

Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘El fin del mundo’, ‘Me levantaré’, ‘Sábado’, ‘Canadá’, ‘Centro de la Tierra’
Te gustará si te gusta: El universo pop de Felipe Fresón, pero ahora en versión (aún más) mejorada.
Escúchalo: Spotify

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