Asentada ya en aquella cima del pop donde la encontramos a principios de 2014 tras el éxito de canciones como ‘Burn’ y ‘I Need Your Love’, y con una nominación al Globo de Oro bajo el brazo por ‘Love Me Like You Do’, su canción para ’50 sombras de Grey’, no se puede decir que a Ellie Goulding le esté yendo de maravilla con su último disco, ‘Delirium‘. Sí, el álbum se está manteniendo en listas, no está siendo un fracaso estrepitoso tamaño Leona Lewis, pero esperábamos más, bastante más, de este disco lleno de éxitos del pop potenciales que, a todas luces, había de ser el gran éxito comercial de la carrera de Goulding pero que al final no.
No es extraño que Florence + the Machine supere a Goulding en listas; al fin y al cabo, su popularidad, como la de Ellie, solo ha ido a más y su último disco, ‘How Big, How Blue, How Beautiful‘, ha recibido unas críticas estupendas; pero Jess Glynne, que es una recién llegada, vende hoy más discos con su debut que Ellie con el que tenía que ser su «blockbuster»… y sin la ayuda de Max Martin ni de Calvin Harris. ‘Delirium’ se mantiene en el top 31 mundial, en el top 20 de Reino Unido y en el top 58 de Estados Unidos (estable en los puestos bajos, su cumbre fue un top 13), pero en Europa ha sido un te he visto y no me acuerdo. Estas Navidades, la época de mayor consumo de música del año, Goulding no ha llegado ni al top 10 de su propio país, mientras Glynne se ha mantenido en el top 5.
Claramente, a Goulding le ha pasado factura no saber qué hacer con su carrera. Su personalidad es confusa y su línea artística, inexistente. Desde el principio de su carrera, de hecho, Ellie no ha tenido ningún problema en dejarse moldear al gusto de sus mánagers y productores. Al principio fue una de esas «chicas monas con guitarra acústica» tipo Anni B Sweeet (‘The Writer’), después se pasó al electropop (‘Lights‘) y ahí, experimentando con otras sonoridades como el UK garage, se quedó en ‘Halcyon‘… para desarrollar luego su sonido hacia el EDM de canciones como ‘Burn’ y ‘I Need Your Love’ y al pop de radiofórmula al que ha terminado rindiéndose en ‘Delirium’.
Esta evolución no sería un problema si no fuera porque los mayores éxitos de Goulding son colaboraciones con otra gente tipo Calvin Harris o canciones formulaicas tipo ‘Love Me Like You Do’ que podría haber cantado cualquiera. Un éxito significativo para Goulding habría sido que ‘Anything Could Happen’ lograra un top 20 en los dos mercados más importantes de Occidente, pero sus hits de verdad, incluyendo el más reciente, ‘On My Mind‘, ni siquiera suenan a ella. Goulding representa el caso clásico de intérprete a la que le va bien todo: sin un sonido concreto desde el principio, Goulding espera encontrarlo por el camino, aunque sea a costa de sacrificar su credibilidad artística.
Goulding siempre ha abogado por la calidad musical y nunca ha sacado un single que dé vergüenza ajena (a excepción de la espantosa ‘Outside’, pero eso ya es opinión personal). Sin embargo, a pesar de su fuerte impacto en radios, donde todavía suena con asiduidad (el tema es top 20 en USA), ‘On My Mind’ no ha sido la canción que ha llevado al público a las tiendas a comprar ‘Delirium’. El disco, como hemos comprobado antes, no ha sido un enorme flop, pero tampoco un gran éxito. Para ser una composición de Max Martin, bastante pegadiza, de aires reggae y un tanto Police en las guitarras, se esperaba que ‘On My Mind’ vendiera mejor el disco, pero no ha sido así. El motivo está claro: era un buen single, pero no lo suficiente bueno. Si lo comparamos con ‘What Kind of Man‘ de Florence, es evidente qué canción sale ganando.
¿Qué debería hacer Goulding, pues, para salvar su disco? La británica se enfrenta a varios problemas, uno de ellos de imagen. Si se hubiera concentrado en su papel de cantautora, como Ed Sheeran, por ejemplo, como una artista de personalidad arrolladora a lo Florence + the Machine, Ellie no tendría que preocuparse demasiado por su presencia escénica. Sin embargo, Goulding ha querido ser Madonna, ha querido ser Britney, ha querido ser Gaga; sus éxitos son bailables pero ella no baila, por lo que sus actuaciones en directo resultan menos apabullantes. Esto significa que los directos no salvarán este disco, como demuestran las últimas apariciones de Goulding en Alemania y Holanda.
Lo más sensato parece concentrarse en la música, pero ahí está otro de los problemas, que en ‘Delirium’ hay muchas buenas canciones… pero demasiado diferentes entre sí. ‘On My Mind’ va bien de momento, ojo, pero es el único single del disco por ahora y no va a mantener el disco estable durante todo el año que viene. Según Spotify, sería buena idea sacar un vídeo para ‘Something In the Way You Move’, pero parece improbable que este tema logre repercusión real en algún mercado meses después de haberse dado a conocer. ‘Lost and Found’, una composición que suena a himno, rechazada por Fleetwood Mac (!!!), podría dar la campanada. ¿Qué tal sacarla junto a Ed Sheeran? ¿O sería más sensato apostar por ‘Army’, que es algo así como la nueva ‘Love Me Like You Do’?
Con todo, quizás no estaría mal que Goulding se hiciera un Beyoncé y sacara cinco vídeos a la vez a ver qué cuela. Pero claro, ella no es Beyoncé. El problema es que ni escuchando todas estas canciones seguidas sabemos quién es Ellie Goulding exactamente. Hay esperanza para ‘Delirium’ si se escoge un buen single, se le hace un buen vídeo y si este es apoyado por las radios: al fin y al cabo, los dos álbumes anteriores de Goulding eran reeditados gracias a un pelotazo de última hora. La gran pregunta es si lo conseguirá esta vez y hacia dónde irá la carrera de Ellie después.