‘Creed’: el «despertar de la fuerza» de Rocky Balboa

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‘Creed’: el «despertar de la fuerza» de Rocky Balboa

CreedResulta inevitable relacionar esta séptima película de la saga ‘Rocky’ con la séptima entrega de ‘Star Wars’, ‘El despertar de la fuerza’. Dos películas que se estrenaron (en EEUU) con apenas unas semanas de diferencia y que responden a estrategias comerciales y narrativas muy parecidas. Al igual que la fabulosa película de J.J. Abrams, ‘Creed’ es al mismo tiempo una secuela (de ‘Rocky Balboa’, 2006), un remake (del primer ‘Rocky’, 1976) y un spin-off, en el cual el hijo de Apollo Creed, Adonis (sí, yo pensé lo mismo), promete inaugurar su propia franquicia. También es una película en el que creador del mito, Sylvester Stallone, cede el testigo a un director fan de la saga, Ryan Coogler, quien debutó por todo lo alto con la multipremiada cinta indie ‘Fruitvale Station’ (2013).

Hasta aquí las similitudes. Bueno, también aparece el héroe envejecido, como Han Solo, repartiendo guiños y palmadas cómplices a sus también envejecidos fans. Pero ya está. Todo lo demás son diferencias. Si J.J. Abrams ha sido capaz de revitalizar la saga ‘Star Wars’ hasta devolverla al hiperespacio, Coogler solo ha sacado a ‘Rocky’ de la UVI.

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‘Creed’ merece la pena no por ver la exageradamente aplaudida interpretación de Sylvester Stallone (que le quitara el Globo de Oro a Idris Elba da tanta risa como ver a Lady Gaga ganando a Kirsten Dunst o cuando ‘Rocky’ se llevó el Oscar a la mejor película en vez de ‘Taxi Driver’). ‘Creed’ merece la pena por los dos extraordinarios combates que rueda Coger. El primero, en un virtuoso y vigoroso plano secuencia (convenientemente falseado) capaz de dejar al espectador sin dientes y con la nariz de Poli Díaz. El segundo, el combate final. No es tan llamativo como el primero, pero consigue un clímax dramático que, aunque el protagonista no grite al final «Adrian, Adrian», poco tiene que envidiar al de la película original.

El problema de ‘Creed’ es todo lo que ocurre entre combate y combate (y la película dura dos horas). La relación entrenador-pupilo está muy vista, pero aun así se sostiene por el especial magnetismo que desprenden los dos actores, Stallone y Michael B. Jordan. Sin embargo, la historia de amor con la cantante sorda, el combate de Balboa «contra el rival más letal que cualquiera a los que se enfrentó en el cuadrilátero», como dice la sinopsis, y ese indescriptible homenaje motero a la famosa carrera de Rocky por las calles de Filadelfia son capaces de noquear hasta al más entregado de los fans de la saga. 6.

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