Kesha se embarcó en un proceso legal para tratar de emprender su carrera por su cuenta, al margen del dominio de Dr Luke, al que incluso llegaba a acusar de abusos. Llegó a decir que le dio pastillas y que un día se despertó desnuda en la cama de Dr Luke sintiéndose muy mal. Según Dr Luke las acusaciones son falsas e intentaron extorsionarle.
Kesha indica que está preparada para grabar, pero no bajo los mandos de Dr Luke o bajo el contrato con este productor. Dr Luke es propietario de Kemosabe Records dentro de Sony.
El caso es que la cantante no ha conseguido salirse con la suya a pesar de haber argumentado que su carrera está acabada al no haber podido grabar, girar o publicar merchandising durante un año, «una eternidad en la industria». Dr Luke le ha ofrecido grabar sin que él esté involucrado dentro de su sello y según un tribunal de Nueva York este ofrecimiento invalida el argumento de ella. Además, el tribunal no ve razón para diezmar un contrato que «fue severamente negociado y es típico de la industria», dando la razón a la empresa que invirtió «60 millones de dólares» en la carrera de la cantante.
También se ha recalcado que no hay evidencias médicas para comprobar las afirmaciones sobre abusos de Kesha. Su única salida, por tanto, será grabar sin Luke pero dentro de la misma compañía.