La muerte de la gran Chus Lampreave deja huérfano al cine español de la última representante de ese tipo de actriz cómica, de inconfundible voz y aspecto singular, como eran Gracita Morales o Rafaela Aparicio. Una secundaria de lujo con más capacidad de robar planos que Pepe Isbert y la propia Gracita juntos. Como homenaje a su figura, vamos a recordar algunos de los aspectos menos conocidos de su biografía.
1. Su gran pasión fue la pintura, no el cine. En la década de los cincuenta, con veinte años, Chus ingresó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Allí entabló amistad con el pintor Antonio López y con las hermanas Santonja (bisnietas del pintor Eduardo Rosales): Carmen, que fue integrante de Vainica Doble, y Elena, la famosa presentadora del programa de cocina ‘Con las manos en la masa’. De esta última se conserva un retrato al óleo que le hizo a la actriz.
2. Antes de dedicarse al cine, Chus trabajó como ilustradora en la emblemática editorial Aguilar. De hecho, empezó como actriz por casualidad. Fue a través del marido de Elena Santonja, el director Jaime Armiñán. El autor de ‘Mi querida señorita’ (1971) o la serie ‘Juncal’ (1989) le ofreció su primer papel en 1958, en una serie de relatos de ficción que se rodaban en directo en la primitiva televisión española.
3. Chus no fue definitivamente Chus hasta que rodó con Berlanga ‘La escopeta nacional’ (1977). Antes, en los pequeños papeles que hizo con directores como Marco Ferreri (‘El pisito’, ‘El cochecito’), Jaime de Armiñán (‘El amor del capitán Brando’) o Antonio Mercero (‘La guerra de papá’), solía aparecer en los créditos como María Jesús o Mª Jesús Lampreave.
4. Su primer papel de portera fue en 1975, en el capítulo ‘Las apariencias’ de la serie de televisión ‘Este señor de negro’, dirigida por Antonio Mercero. Fue un adelanto del que sería uno de sus personajes más recordados y que tanto marcó su carrera: la divertidísima portera testigo de Jehová de ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ (1988). También hizo de portera en ‘Hable con ella’ (2002).
5. Sus características gafas de culo de vaso no eran parte del atrezzo. Lampreave tuvo desde muy joven problemas oculares. De hecho, estuvo casi una década sin trabajar, desde 1963 hasta 1970, por culpa de problemas de salud asociados a los ojos (cataratas) y a su extrema delgadez.
6. No solo trabajó a las ordenes de Almodóvar, su gran valedor, sino también a su lado. Fue en el cortometraje ‘Tatuaje’ (1985), una parodia de la famosa copla de Conchita Piquer, dirigido por Armiñán y protagonizado por Marisa Paredes y el propio Almodóvar.
7. Aunque era muy celosa de su vida privada –apenas concedía entrevistas- nunca ocultó su ideología socialista. En 1996, el año en que ganó Aznar las elecciones, apoyó públicamente a Felipe González en un spot para televisión.
8. En la década de los noventa ocurrió una tragedia que marcó su vida profundamente: murió su hija Laura. La actriz dejó de trabajar para acompañarla durante su larga enfermedad.
9. Trabajó mucho en televisión, destacando su presencia en programas como ‘Lo más plus’, donde hacía un divertido papel de telefonista, y en el añorado ‘El peor programa de la semana’. También se hizo muy popular con los anuncios de Pastas Ardilla, el spot ‘Hazte extranjero’, dirigido por Icíar Bollaín para Campofrío, y el de KH7 dirigido por Juan Antonio Bayona: “No te imaginas todo lo que hay en una gota de KH7”.
10. Su último trabajo fue el spot del Circuit Festival de Barcelona de 2015, junto a su «hija» Rossi de Palma, y el cortometraje ‘Yo, presidenta’ (2015), donde nos regaló otra de sus frases míticas, a la altura de «Eso es lo malo de las testigas, que no podemos mentir», «No sé qué le he hecho yo a los skin heads» o «Es muy triste cómo están los masa media”: «No, no, el Rey no tiene hijos. Tiene príncipes».