Tremenda Trementina retaron a todos aquellos que desconfiaron de su talento cuando lo mejor de su primer disco (para algunos EP o mini LP) parecía la versión de ‘Mi novio es un raro‘. Salieron por la puerta grande del desafío publicando un himno tan característico como ‘Sangre pop’, el que daba título a su segundo álbum, rozando lo generacional, agradando a indies de la vieja escuela y ganando adeptos entre los nuevos adolescentes que se interesan por el underground nacional de los 90 (sí, existen). Otras canciones del grupo como ‘Gorilas’ o ‘Volver a caer’ también eran destacables, pero está claro que el objetivo de su nuevo disco era conseguir otro hit que pudiera hacer sombra a ‘Sangre pop’, una canción tan buena como para ahogar el resto de su repertorio y el de un par de bandas que toquen antes y después de ellos.
Los navarros lo han conseguido. El sencillo ‘Anfetaminas‘ no es lo más ocurrente que has escuchado este año y de hecho roza lo facilongo, pero se pega tanto que debería situarles de una vez y para siempre en los niveles de popularidad de Dorian y Lori Meyers. Por su temática, puede comprenderse que no suene en todas las emisoras del país, pero no hay excusa para la inmortal ‘Solo’, cuyo punteo enérgico no tiene nada que envidiar en efectividad al de ‘Feel So Close’ de Calvin Harris. Y lo digo para muy bien.
En cualquier caso, no huyáis los alérgicos a la comercialidad más evidente. El disco se abre recordando al post-punk de los tiempos de Siouxsie and the Banshees y Joy Division en ‘Lo mejor’, un tema que alterna la oscuridad de las estrofas con la luminosidad de un estribillo que parece recién sacado de la canción popular. Casi tan buenos singles resultarían ‘Flores’ y ‘Las dos’, que pese a su repetitiva letra «cuando sean las dos y estemos los dos» logra recrear el desasosiego nocturno buscado con los arreglos de cuerda añadidos por Iván Oroz.
Un peldaño por debajo situaríamos ‘Misterio’, que a pesar de la viveza de su batería y guitarras (produce Paco Loco) parece inacabada; ‘Quién vive dentro de mí’, con su fan Leo Mateos de nudozurdo a los coros, inspirada en ‘Algo elemental’ de Eliot Weinberg, más que nada una curiosidad; u ‘Olivia’, el tema titular y un personaje bajo el que parecen resguardarse las emociones del álbum («Olivia es maravillosamente imperfecta, se equivoca, se deprime, se emociona, no se conforma, es libre, enérgica, está despierta, guarda secretos, Olivia, soy yo, Olivia, eres tú», dice el libreto). Me cuesta creer que alguien prefiera a los Tremenda Trementina que se entregan sin más a los clichés del indie noventero, los de ‘El final’, pero al menos estas canciones algo menores sirven para que los cinco singles clarísimos del disco parezcan aún mejores. Puede que este no sea el álbum definitivo de Adriana de la Fuente y Pablo Villafranca, pero ojo, ya es el tercero en el que logran mantenerse muy por encima de la media.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Solo’, ‘Lo mejor’, ‘Anfetaminas’, ‘Flores’, ‘Las dos’
Te gustará si te gusta: Klaus & Kinski, Lori Meyers, Los Planetas, Álex y Christina
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