Cuando comienza el segundo disco de los londinenses Teleman, con los primeros segundos del tema ‘Düsseldorf’, lo que parece estar sonando es un tema de Monarchy, pero pronto la cosa evoluciona hacia los territorios de Franz Ferdinand… ¿o deberíamos decir grupos con una vocación mayor todavía de pop arty como Talking Heads, Gang of Four o más recientemente Wild Beasts y alt-J? A estos recuerda descaradamente nada más empezar la siguiente pista, la mucho más tremebunda, casi una banda sonora de un thriller, ‘Fall in Time’. No en vano uno de sus estribillos anuncia la victoria del diablo, mientras el otro habla de nunca renunciar a luchar.
‘Düsseldorf’, consecuencia del amor por Alemania de Teleman, su país favorito para girar porque les «recuerda a Reino Unido» por «clima y tradición», es todo un caballo ganador, pues su gracia es contar con una letra que repite «Put on, put on your favourite song» en un estribillo tan bueno que mientras suena, sólo ‘Düsseldorf’ puede ser tu «canción favorita». Pero es la pista tercera la que resulta el gran himno del grupo, ‘Glory Hallelujah’. Se trata de una composición ahijada de la chulería del Brit-pop, capaz de recoger también parte de su angustia existencial (que se percibía sobre todo en las letras de gente como los Manics) y de crecerse con un pequeño solo de guitarra que es un subidón solo comparable al de muchas de las gloriosas frases que suenan por aquí: «Glory hallelujah / The feeling of a child is birth», «I’m feeling very uptight / Give me everything you’ve got» o «I’m never gonna make them / Stop stop stop stop stop stop stop stop…» Una de las canciones del verano, en resumen.
El corte titular, a continuación, al recurrir a una sencilla indietrónica algo desubicada en el tiempo, anuncia que el resto del disco bajará de perfil poco a poco. ‘English Architecture’ es una especie de curioso batido entre Casiotone for the Painfully Alone, The Teenagers y Clap Your Hands Say Yeah y ‘Melrose’ parece inspirada en los Blur de ‘The Great Escape’, pero ninguna pasa de mona.
Sin embargo, la composición de todo el grupo, no solo el cantante y guitarrista Thomas Sanders (quien cuenta con un atractivo timbre similar a Stuart Murdoch, muy perceptible en el «I must be stupid or something» de la canción final), la producción de Dan Carey (Bat For Lashes, Kate Tempest, All We Are) y quizá la espontaneidad que aporta haber grabado durante sólo dos semanas en el estudio frente a la laboriosa producción de su debut junto a Bernard Butler deja un par de himnos más: ‘Tangerine’, ‘Superglue’ -como su propio nombre indica- y, en menor medida, ‘Drop Out’.
Y es que puede que Teleman no hayan inventado nada, pero sus buenas canciones y el concepto del álbum según Sanders conseguirán que muchos se suban al carro: «El tema titular es sobre sentir que todavía eres un niño y de repente darte cuenta de que eres un adulto. Tengo 35 años y a veces me siento un poco perdido por el mundo»… ¿Quién no?
Calificación: 7,6/10
Temas destacados: ‘Glory Hallelujah’, ‘Düsseldorf’, ‘Tangerine’
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