El disco de debut de DJ Snake es mejor de lo que algunos están dispuestos a admitir. El francés, que desde los 14 años pincha en «guetos» de París y mucho después fue rescatado por Mad Decent, el sello de Diplo, es uno de los personajes fundamentales de la electrónica de la década, bien sea para bien, o bien sea para mal. Dio a AlunaGeorge su mayor hit con diferencia (la remezcla de ‘You Know You Like It’), fue un tercio de ‘Lean On’ junto a Major Lazer y Mø (a la postre uno de los mayores macrohits de la década) y sobre todo fue el responsable de ‘Turn Down For What’, uno de los más merecidos «sleepers» de la era Youtube. Nadie habrá olvidado la primera vez que topara con su icónico videoclip.
‘Encore’ tiene un valor artístico tan reducido como enormes son las posibilidades comerciales de sus sencillos. En muchos momentos, es un penoso (auto)fusilamiento del trap de ‘Turn Down for What’ y el tropical house de ‘Lean On’, pero igual de penoso es negar que todo el mundo lo está copiando, así que quién mejor que el propio DJ Snake para hacerlo. Además, nos hemos vuelto todos locos ya si a un disco de debut le estamos pidiendo evolución. De momento esto es tan 2016 que ‘Oh Me Oh My’ encantará a los fans de PXXR GVNG y ‘The Half’ a los de ‘Work’ de Rihanna.
Lo más inquietante del álbum es qué dosis de humor voluntario e involuntario contiene. ‘Pigalle’ -sobre todo tras el primer minuto- es una canción dura y divertida hecha para el descojone colectivo, para el delirio festivalero, como lo estaba ‘Turn Down for What’. En la misma línea, ‘Propaganda’ cuenta con una irresistible ametralladora EDM con drops como sacada de ‘Spring Breakers‘. Su inspiración oriental está mucho mejor encajada que la de ‘Sahara’, junto a Skrillex, en la que si había alguna intención social o política, desde luego no ha resultado. Sus coros eclesiásticos sí rozan la carcajada probablemente involuntaria pese a lo pegadizo que resulta su «estribillo».
Lo más decepcionante es que Justin Bieber acuda en la búsqueda de un nuevo ‘Lean On’ que ni el cantante ni DJ Snake necesitaban, sobre todo porque ‘Let Me Love You’ es mucho más mediocre que la efectiva ‘Middle’, que acumula 300 millones de reproducciones en Spotify y con razón. Y es que es destacable lo bien que funciona en el disco la vertiente más pop del productor. En el siguiente single, ‘Talk’, George Maple suena tan dulce como una Jessie Ware, mientras la tropical ‘Sober’ parece un gran single de Crystal Fighters y ‘Here Comes the Night’, como despedida de tintes drum&bass, nos hace recordar el caso Rudimental sin tener tanto que ver más allá de esta pista: no, este no es el disco del año pero sí uno que disfrutaremos en carreteras y festivales. No, esto no es el disco de Kygo.
Calificación: 6,6/10
Lo mejor: ‘Middle’, ‘Sober’, ‘Ocho Cinco’, ‘Talk’, ‘Pigalle’
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