Frank Ocean ha concedido su primera entrevista en años, y probablemente la última en mucho tiempo, a The New York Times. El autor de ‘Blonde’ ha hablado sobre su necesidad de mantenerse fuera del foco mediático, el cual ha comparado con un «incendio en casa del que uno ha de escapar», sobre su lucha para desatarse de su contrato con Def Jam, un «juego de ajedrez que ha durado siete años», ha indicado, y hacerse con la propiedad de sus grabaciones, que consiguió con su propio dinero, y sobre el material autobiográfico de ‘Blonde’ en canciones como ‘White Ferrari’ o ‘Self Control’.
Las declaraciones más jugosas de Ocean en la entrevista, sin embargo, tienen que ver con los premios Grammy. Hace unas semanas se supo que Ocean no había inscrito ‘Blonde’ a los premios para su consideración en las nominaciones de 2017 a pesar de haber salido dentro del plazo límite de entrega, en lo que parecía una decisión motivada, o bien por el deseo de Ocean de mantenerse fuera del ojo público a toda costa, o bien por cierta animadversión hacia unos premios que, argumentarán muchos y muchas, no siempre han sido justos para sus nominados. En cualquier caso, ¿qué expresa sino una enorme confianza en su música que Ocean pase de premios importantes como los del gramófono dorado?
Ocean, sin embargo, confirma en la entrevista lo que esperábamos, su rechazo a los premios Grammy. El músico argumenta que estos «no representan del todo bien a la gente como yo que viene de donde viene» a pesar de su «importancia nostálgica». Concretamente, Ocean matiza que la «infraestructura del sistema de premios y del sistema de nominaciones y del sistema de selección [de los Grammy] se han quedado viejos». No parece que su fan número uno, Kanye West, que acumula decenas de Grammy pero declaró durante un concierto no atender la ceremonia de 2017 si ‘Blonde’ no recibía ninguna nominación, vaya a estar de acuerdo con estas declaraciones. Claro que, con Kanye, nunca se sabe…