Si parte del sonido de esta década es el neo-soul por el camino de la electrónica y la experimentación, bien sea a través de su versión más purista o bien sea a través de la más comercial, en este movimiento seguro que tiene mucho que ver SOHN. El proyecto de Christopher Taylor, conocido por sus colaboraciones con Banks, Kwabs, Lana del Rey y por supuesto su notable debut propio ‘Tremors‘, llega a su segundo álbum, titulado ‘Rennen’.
Y ese «correr» en alemán (ha vivido en Viena) es ideal para unas canciones densas y sombrías, pero sobre todo inquietas. Las nuevas letras tratan temas oscuros que no se ciñen a los males del amor. ‘Primary’ habla de las recientes elecciones presidenciales estadounidenses y ‘Conrad’ critica la negación del cambio climático. Aunque lo mejor de todo es que, como una tormenta inesperada, sus recursos estilísticos aparecen en mitad de las composiciones para llevarlas «corriendo» a un lugar completamente distinto.
Es lo que sucede en ‘Hard Liquor’, en la que lo que comienza pareciendo una producción de Woodkid termina en plan electro, sonando como debería hacerlo Sam Sparro a día de hoy. A continuación, ‘Conrad’ parece arrancar inspirada en Ray Charles, quien podría haber salido sampleado en cualquier momento… pero no, para cuando termina, con la introducción de esos sintes tan tristones, estamos pensando más bien en el Caribou de ‘Back Home’. ‘Falling’ se entrega a un arsenal de cuerdas en su segunda mitad y ‘Signal’ arranca como los Massive Attack de ‘Mezzanine’ solo para enseguida recordarnos que la máxima inspiración de SOHN continúa siendo en verdad James Blake.
Y ese también es el problema del disco. Que presenta un sonido más 2014 que 2017. No ayuda tampoco un tracklist que se va desinflando para concluir con ‘Still Waters’ y un experimento tan claramente fallido como ‘Harbour’. ¿Son dos canciones? ¿Es pista fantasma? ¿A alguien le importará? Él mismo decía en una entrevista reciente que casi se había olvidado de este álbum porque tiene un bebé de seis semanas. Llegados a ese punto uno se pregunta si recordará la mitad de este disco de 10 pistas dentro de seis semanas o de una.
Con todo, SOHN no se descalabra en un segundo álbum que abre nuevas vías tanto hacia lo bailable como hacia la introspección. Se da la circunstancia de que ‘Rennen’, guiada por un piano y con un espíritu a lo Wim Mertens, es una de sus mejores composiciones. ¡Más así!
Calificación: 6,9/10
Lo mejor: ‘Hard Liquor’, ‘Conrad’, ‘Signal’, ‘Rennen’
Te gustará si te gustan: James Blake, Woodkid
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