Si hay un género en la pequeña pantalla que actualmente goza de una envidiable salud, ese es el ‘true crime’. Ya sea en formato película o en serie, los documentales que exploran casos intrincados o crímenes sin resolver se han convertido en un gran hit: solamente en este mes de mayo hemos visto aparecer tres. El primero, ‘Mommy Dead and Dearest’ explora las vidas de Dee Dee Blanchard, aquejada de síndrome de Munchausen por poder, y de su hija, Gypsy Blanchard, quien terminó convenciendo a su novio para asesinar a su madre, después de que esta la utilizase para cometer varios fraudes a base de proporcionarle medicación innecesaria y hacerle creer que sufría dolencias que, en realidad, no sufría.
El segundo es ‘The Keepers’ en Netflix, una apasionante serie que relata las contradicciones y -al mismo tiempo- arroja luz sobre los huecos que dejó la investigación de la muerte de la monja Cathy Cesnik en 1969 en Baltimore y, colateralmente, también investiga los abusos sexuales que uno de los curas cometía sobre las adolescentes que estudiaban, precisamente, en el Instituto Arzobispo Keough, lugar de trabajo de la citada monja.
Y ahora llega a Antena 3 ‘Lo que la verdad esconde’, una apasionada narración sobre el archiconocido ‘Caso Asunta’, el crimen que cercenó la vida de Asunta Basterra y por el que sus dos padres adoptivos, Alfonso Basterra y Rosario Porto, cumplen hoy condena en la cárcel, tras una investigación plagada de giros de guion propios de un filme de M. Night Shyamalan. Todos ellos siguen la estela de pulcras producciones anteriores como ‘Making a Murderer’, ‘The Jinx’, la serie antológica producida por Ryan Murphy ‘American Crime Story’ y la más castiza ‘Muerte en León’, precursora del género en nuestro país y claro ejemplo de que una investigación periodística como esta puede traer nueva información a un caso tan controvertido como el asesinato de Isabel Carrasco.
‘Lo que la verdad esconde’, producido por Bambú, supone el estreno en la televisión en abierto del género del ‘true crime’ y hay que decir que no ha decepcionado ni un poco. La narración es absolutamente hipnótica, y el caso tiene el sustento necesario como para despertar suspicacias por todos lados. ¿Fue la investigación judicial lo suficientemente rigurosa? ¿Cuál fue el móvil del asesinato? ¿A qué se debieron tantos giros en la trama?
El documental expone las horas (y días) posteriores al descubrimiento del cadáver, y explica detalladamente todos y cada uno de los movimientos de la familia antes, durante y tras el crimen. Pero lo que es más: por lo que se ha dejado entrever hoy, escucharemos también declaraciones de -al menos- Rosario Porto desde prisión. ¿Descubriremos nuevos indicios o nuevas pistas? Los creadores del invento aseguran que, al menos, todo debería quedarnos más claro, y que se trata de un documental que simplemente se ha centrado en recoger hechos y testimonios: sin voz en off, los productores parecen salvar los muebles a la hora de declarar que no hay nada de opinión… obviando que los testimonios que se recogen y el montaje pueden, de hecho, ofrecer un plano un poco más subjetivo de cualquier información.
De lo que no hay duda es de que se nota el trabajo exhaustivo detrás del proyecto. Hay entrevistas a personajes relevantes, más allá de Rosario Porto. Los guardias civiles que participaron en los registros y las detenciones, los abogados de ambas partes y, sobre todo, el juez Vázquez Taín, instructor del caso, nos ayudarán a entender las claves de la muerte de Asunta.
Tan solo queda una reflexión: ¿son estos programas puramente informativos, están pensados para un público interesado en conocer más detalles de cada caso o son simplemente subproductos llamados a alimentar el morbo de una audiencia cada vez más ávida de detalles truculentos? Está claro que es difícil posicionarse, y que es una apreciación que puede diferir en cada programa: la línea entre ser un producto meramente informativo y convertirse en ‘Lo peor del Día, con Andrea Caracortada’ es muy fina. Sin embargo, como neófito del género sí puedo asegurar que, en muchas ocasiones, estos programas ayudan a la audiencia a entender mejor delitos sonados, olvidados o, como es el caso de ‘The Keepers’, aún por resolver.