Björk ha inaugurado la nueva edición del Sónar con una sesión de cuatro horas en SonarHall. Antes, la cantante islandesa se pasó por el auditorio de SonarComplex para hablar sobre su pasión por las mezclas, el machismo en la industria de la música, su nuevo libro de notaciones o la importancia de aceptar la variedad musical en el mundo.
“No intento ser la que mejor pincha sino compartir un viaje a través de mi librería de canciones”. Como demostrará Björk después en su sesión en SonarHall, una pinchada de la islandesa es un viaje por diferentes tiempos y culturas. Sentada frente al periodista Brandon Stosuy de The Creative Independent, la cantante asegura de hecho que pinchar le proporciona un sentimiento de comunidad ante la música y que en ese sentido le recuerda a sus años de juventud en Islandia y a sus primeros años en la escena clubbing de Nueva York.
En los últimos años, Björk ha encontrado en las sesiones una nueva vía de expresión basada en la excavación de la diversidad musical en el mundo y en los que caben desde cantos tribales a alucinaciones EDM pasando por canciones de Rihanna. La islandesa dice que cuanto mas música descubre más lamenta no poder dividirse en cinco para poder escucharla toda y que esta realidad impregna su actitud ante la composición. “Me encantaría poder hacer cincuenta discos más antes de morir pero trágicamente solo puedo llegar a hacer la mitad”, indica.
Curiosamente Björk dice que pincha con GarageBand, que son “como ProTools para niños”, pero la islandesa se toma tan en serio sus sesiones como su música y así es como quiere que su público la trate. De hecho la cantante ha publicado recientemente un libro de notaciones con partituras de canciones propias, entre otros motivos para silenciar a aquellas personas que no saben que es compositora en el sentido clásico del término. “Todavía hay gente que no se ha dado cuenta de que compongo mis propios arreglos y creo que es esta actitud es machista”. Björk recuerda su histórica entrevista con Pitchfork y celebra que generara debate e impulsara a chicas de todo el mundo a defender su autonomía musical.
Otro motivo que justifica la salida de este ’34 Scores’ es la defensa de Björk de una educación musical verdaderamente moderna que combine tradición clásica con tecnología puntera al modo de sus propios proyectos educativos, que ya se han implantado en escuelas de todo el mundo. La autora de ‘Vulnicura’ quiere que se enseñe a tocar el piano tanto como el sintetizador y es en la posibilidad de esta sinergia entre dos mundos distintos donde Björk encuentra la razón misma de enseñar música. Para la cantante, la variedad es la realidad de la música y no tiene sentido actuar como si Chaka Khan, la banda sonora de Star Wars, Rihanna o la música india que escuchas en un viaje en Uber no fueran la misma cosa.
Como demostrará después Björk en su sesión de cuatro horas, su filosofía frente a la música se transmite en su acción tras el ordenador. «Lo que intento con mis sesiones es presentar una cornucopia de la música humana. ¡Los humanos son maravillosos!», asegura. «Excepto uno», apunta no obstante. «No voy a nombrar el nombre de cierto presidente». Ni falta que hace…
Foto: Santiago Felipe