‘Siembra’ es una canción importante en el repertorio de Bomba Estéreo, por lo menos en la nueva etapa en su carrera que se ha abierto con la publicación de su nuevo disco, ‘Ayo’, el pasado 11 de agosto. Es la primera canción que el dúo colombiano compuso para el álbum, la que lo abre y además es la que abre su concierto, que anoche paró en la sala Razzmatazz de Barcelona. Como nos ha contado el grupo en una entrevista que publicaremos próximamente, ‘Siembra’ representa la inauguración de un nuevo sonido, la apertura del grupo hacia un nuevo orden espiritual, que en realidad busca regresar al pasado, a la cultura indígena, para cantarnos (y contarnos) el presente desde la pureza de la tradición. Pero en su propio lenguaje.
Y el lenguaje de Bomba Estéreo es la fusión de la tradición colombiana con la electrónica, algo que atrae a latinos y españoles por igual. Y por supuesto a más nacionalidades, porque aparte de ser “global”, la música de Bomba Estéreo se materializa en unas canciones divertidísimas de cantar y bailar en concierto, como demostró el grupo por ejemplo con ‘Química (Dance with Me)’, que abrió la primera mitad del set, dedicada a su nuevo disco y entre la que destacó por supuesto el single ‘Duele’, que el dúo alargó a modo de mantra con la presencia de una flauta de millo; la vibrante ‘Ayo’ y sobre todo ‘Amar así’, una canción brillante, de las que en directo se crecen espectacularmente.
El dúo colombiano y su banda se dejaron los hits antiguos para la segunda parte de su show, donde sonaron ‘Soy yo’ y ‘Somos dos’ y varios temas de ‘Elegancia tropical’ como la vibrante ‘Caribbean Power’, pero lo mejor de esta segunda mitad no fueron los éxitos de Bomba Estéreo sino la sección instrumental que incluyó hacia el final del show, un acelerado ritmo de champeta que funcionó como despegue emocionante hacia los éxitos más aclamados de la noche, ‘Fiesta’ y ‘Fuego’. El concierto tocó techo y fue más arriba todavía.
En su concierto de anoche quedó claro que Bomba Estéreo ha dado con la fórmula perfecta para acercar su cultura al mundo, o mejor dicho, para que el mundo se acerque a su cultura, y el show fue una “fiesta” precisamente porque fue una celebración absoluta de la música como nexo de unión entre culturas y sobre todo entre seres humanos. Se hicieron amigos, se bailó con desconocidos, se sudó y se perreó desde la primera a la última canción. Efectivamente “para bailar no se necesita lengua”.
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