Los Beatles de ‘Tomorrow Never Knows’ y ‘Dear Prudence’, las armonías vocales de Los Brincos, la densidad noise de The Jesus and Mary Chain, los punteos de The La’s, la querencia americana de los nunca suficientemente valorados Pernice Brothers, los punteos de los R.E.M. de principios de los 90… Las influencias de los navarros Exnovios son claras, quizá demasiado, evidenciando de dónde viene cada detalle de los muchos y variados contenidos en su segundo álbum, ‘Amor Droga’. Sin embargo, esa deuda con los artistas favoritos de los propios artistas nunca fue un problema para que una generación (bueno, ya dos) disfrutaran por ejemplo de la música de Los Planetas, que tanto debía incluso melódicamente a artistas como Slowdive, Magnetic Fields y Étienne Daho; y las canciones de Exnovios, bonitas, vibrantes, inmediatas, encierran las mismas enormes posibilidades comerciales.
Es el caso de ‘Cuántas cosas por hacer‘, una canción trepidante cuyo principal gancho no es la repetición ad nauseam de ningún estribillo, sino la de un riff a la guitarra que aparece de manera recurrente a lo largo de sus 3 minutos y medio de duración. Sí tiene estribillo, y cristalino, el single ‘Llévame a casa’ («por eso llévame a casa / la noche es fría y casi no hay luces ya»), uno de los que dan un claro golpe sobre la mesa para reivindicar el legado de Juan y Junior.
Exnovios, que pueden ser confundidos con un grupo de shoegaze más por el tipo de guitarras y distorsiones que utilizan y por supuesto por el uso de reverb, se distancian de otras propuestas también notables como Odio París acercándose a otros géneros más inesperados. La beatliana ‘Es por ti’ y ‘Buscando un hogar’ cierran como cabía esperar caras A y B respectivamente para ser llamadas cosas como «lisérgicas» y «alucinógenas», pero ‘Sueños y realidad’ se desmarca, por ejemplo, con una ambición electrónica que casi podríamos emparentar con la delicadeza indietrónica de principios de siglo.
Mención especial merece la maravillosa adaptación de la también maravillosa ‘Song for Shelley’ de Jonathan and Leigh (1967), aquí convertida en ‘Canción para Claudia’ con Oihana Herrera de Melenas a los coros (también ha hecho la portada del disco), preciosa en su arpegio de guitarra y destacable de nuevo en sus armonías vocales. «Estoy triste / no me quieres ver» es una de sus frases más sonoras, reincidiendo en el desamor, la soledad y cierto gusto por el drama como temática principal del álbum («por favor, no vuelvas a llamar» es el mantra de la canción inicial, ‘Mi habitación’). Aunque quizá la mejor sea ‘Como Anduriña’, con su aroma americano aportado por la «lap steel guitar» de J’aime. Ya su melodía es una delicia, pero es que su letra habla de una canción «para huir del dolor» y «andar el camino que me aleje de ti»… y eso es lo que termina representando en sí misma. La música suele ser todo un bálsamo para nuestro estado de ánimo y esta composición lo consigue con creces.
Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘Como Anduriña’, ‘Llévame a casa’, ‘Canción para Claudia’
Te gustará si te gusta: Spacemen 3, Los Brincos, The Beatles, The Raveonettes
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