Richard Swift ha muerto en un hospital de Tacoma, Washington a los 41 años, confirma Pitchfork. El cantautor estaba hospitalizado por una grave dolencia que amenazaba su vida y recientemente había iniciado una campaña de crowdfunding para financiar su tratamiento, ya que no disponía de seguro médico.
Swift fue una figura clave del indie-rock de la última década, y aunque era conocido por haber sido miembro de The Shins y tocar recientemente junto a The Arcs y The Black Keys, su trabajo en solitario -tanto propio como de producción para otros artistas- fue especialmente reconocido. En 2005, Secretly Canadian reeditó ‘The Novelist’ y ‘Walking without Effort’, los dos primeros álbumes de Swift, auto-editados, y el sello de Bloomington, Indiana más tarde publicaría sus siguientes proyectos, entre ellos ‘Richard Swift as Onasis’ y ‘The Atlantic Ocean’, que sería el último álbum en solitario de su carrera (en 2013 lanzó ‘Other People’s Songs Volume One’, un disco de versiones junto a Damien Jurado).
Muy querido fue Swift, por otro lado, por a su trabajo de producción para otros artistas. Swift produjo el gran ‘We Are the 21st Century Ambassadors of Peace & Magic‘ de Foyxgen y también ‘Maraqopa‘ de Damien Jurado y el debut de Nathaniel Rateliff & the Night Sweats, y produjo y/o tocó instrumentos en ‘City Music‘ de Kevin Morby, ‘Dualize‘ y ‘King of Beasts‘ de los mallorquines L.A. o ‘Ritual in Repeat‘ de Tennis. También trabajó con Pretenders (‘Alone‘), Laetitia Sadier (‘La Piscine: An Invitation by Laetitia Sadier’), Sharon Van Etten (‘Are We There‘), Ray LaMontagne (‘Supernova’), Pure Bathing Culture (‘Moon Tides‘) y Alex Cameron (‘Forced Witness’), entre otros.
Dan Auerbach de The Black Keys le ha recordado en Instagram, escribiendo: “Hoy el mundo ha perdido a uno de los músicos más talentosos que conozco. Él está ahora con su madre y su hermana. Te echaré de menos, amigo mío”. También Dave Depper de Death Cab for Cutie le ha recordado con unas bonitas palabras.
Richard Swift was the most talented person I’ve ever met, some impossible amalgamation of Harry Nilsson, Paul McCartney, and Levon Helm, beyond soulful on any instrument he picked up, and a writer of hilarious, heartbreaking, funky, psychedelic songs.
— Dave Depper (@davedepper) July 3, 2018