Es una gozada que años después de nacer el post-rock, podamos seguir disfrutando de él con el grupo gracias al que muchos lo descubrimos. En este ‘Mr. Beast’ no hay lugar para las intensas vueltas de tuerca de minutos y minutos que han caracterizado siempre los discos de Mogwai (especialmente los tres primeros), pero sí grandes canciones. Siempre que escucho ‘Friend of the night’, single de presentación, rápidamente pierdo la cuenta del número de veces seguidas que llego a escucharla. El tema que abre el disco, la casi siniestra ‘Auto Rock’, también se sirve de la conjunción entre piano y guitarras para cortar respiraciones y provocar escalofríos. Pero sobre todo ‘Auto Rock’ sirve como introducción para la terrorífica ‘Glasgow mega-snake’, una de las mejores canciones de su carrera, perfecta muestra del sonido Mogwai y más que digna de ‘Young team’ o ‘Rock Action’. También hay en ‘Mr. Beast’ recuerdos al sonido ‘Happy songs for happy people’ (2003), que muchos han calificado como «música de ascensor» (a mí no me parecía tan malo), concretamente en ‘Acid food’, pero, aunque me duela decirlo por el cariño a Sigur Rós, se mantienen mucho más elegantes, discretos y sutiles que ellos. Una pena que no hayan pasado del top 31 inglés en álbumes, porque estamos ante su tercer mejor disco, y tratándose de Mogwai, no es poco. 8