‘Queer as folk’ sí
La esperada serie sobre un montón de homosexuales se está emitiendo en Cuatro con shares, de momento, por encima de la media de la cadena. ‘Queer as folk’ tiene un montaje pésimo, unos decorados y fotografía terribles y unos actores mediocres (y en el caso de esta versión americana, además, muy feos), pero hay varias razones por las que me estoy enganchando: la muestra de la realidad tal como es (que sí, que hay gays que no son promiscuos, pero también hay un gran, gran número que sí lo son), los chistes sobre maricones y bolleras (al fin estamos en esa etapa en la que podemos reírnos de esto) y, sobre todo, la visualización en la pantalla de lo que para mí representa el ambiente: una mezcla entre morbo y sexo (¿quién no quiere que todo el mundo folle con todo el mundo en la serie?) con drama, frustración y rechazo (constantemente me acuerdo de la letra de ‘How soon is now’ de los Smiths o de la postura de Stephin Merritt sobre el ambiente cuando veo la serie). Terminará aburriendo a las vacas, pero de momento esta noche no me la pierdo. Supervago.
‘Queer as folk’ no
Cada vez me da más la sensación de que si en algún sitio se habla de maricones, tiene que caernos en gracia. Esto es lo que me pasa un poco con ‘Queer as folk’, que me parece que es muy buena y muy bonita en concepto, pero que llevada a la práctica deja mucho que desear. Y encima no la puedes criticar porque tus amigos te ponen de vuelta y media.
Lo primero es que la serie americana es bastante bochornosa, exacta a la inglesa pero en un rollo light y descafeinado. Por otro lado, hay que ser realistas: los diálogos están fatal (y pésimamente doblados), algunas situaciones rozan el absurdo y los actores son peores que los de ‘Hospital Central’ y ‘Al salir de clase’ juntos. Reconozco que al principio me emocioné viéndola, pero termina siendo un simple culebrón venezolano con gays en lugar de heterosexuales. A pesar de todo, me encanta que esta serie haya sido un éxito y que muchos americanitos medios la hayan visto, con esas escenas de sexo salvaje, que habrán dejado de piedra a más de uno. También me parece muy acertada la fotografía que hace del ambiente, que por fin alguien muestra parte de lo que hay sin sentimiento de culpa… pero la verdad es que se podían haber esmerado un poco más en la producción. Farala