[Foto robada de Google]
Con estas temperaturas muy por encima de los treinta y cinco grados que estamos sufriendo en media España, sólo apetece comer cosas frías, muy frías. Como el gazpacho en tetra brick es muy caro -y a veces malísimo- y hacerlo es un proceso verdaderamente traumático para incapaces como yo, he encontrado una solución muy sencilla, rica y, sobre todo, refrescante. No engorda nada, tiene muchísimas vitamintas y no repite tanto como el gazpacho, así que prácticamente podemos beberla a todas horas. Viva la sopa de tomate.
INGREDIENTES (para tener reservas en la nevera)
2 kilos de tomates maduros
Albahaca fresca (depende del gusto de cada uno, pero con cinco o seis hojas vale)
Agua
Sal y pimienta
Aceite
Vinagre de Jerez (si te gusta mucho este ingrediente)
PREPARACIÓN
Se escaldan los tomates en agua hirviendo. Para aquellos que no lo sepan, consiste en hervir agua y sumergir los tomates unos segundos para posteriormente enfriarlos con agua fría; la piel se va desprendiendo y así se pueden pelar con facilidad. Una vez pelados, se parten por la mitad y se despepitan (si nos ponemos súper ahorradores, podemos guardar algunas pepitas y hacernos pan con tomate después, pero eso depende de cada uno).
Aparte, picamos muy pequeña la albahaca y la mezclamos en un mortero con el aceite y el vinagre (esto último sólo si apetece). La cantidad de aceite también va según el gusto del consumidor: un par de chorreones o tres.
Metemos los tomates pelados, despepitados y partidos en la batidora y los batimos; vamos añadiendo agua según queramos de clarita o de espesa la sopa. Cuando ya está la sopa lo suficientemente líquida, añadimos la albahaca con el aceite, la sal y la pimienta. Lo mezclamos un poco más con la batidora para que quede uniforme. Como tiene tanta agua el tomate, lo más seguro es que te parezca soso así que tendrás que continuar añadiendo sal una vez servido en los platos. Dejar enfriar en la nevera.
RECOMENDACIONES
– Yo probé esta sopa en una presentación con una bolita de mozzarella pinchada en un palillo muy largo como guarnición. No le va mal este complemento.
– Como en el gazpacho, una vez servida se le pueden añadir unos croutons o panecillos tostados.
– Cuando sacas la sopa de la nevera después de que haya estado enfriándose unas horas, es muy probable que el agua se haya separado del tomate y que tengas que mezclarla removiendo con una cuchara. Se le pone un aspecto asqueroso pero a la segunda vuelta ya vuelve a lucir mejor.