Lo más curioso de todo es que ‘El diablo viste de Prada’ está basada en una historia real, la de Anna Wintour, editora de moda de Vogue USA y, probablemente, la persona más influyente en moda del mundo actual. Esto, así leído puede parecer una tontería, pero es que hasta ese chándal feo que tienes para andar por casa está ahí porque en algún momento Anna Wintour dijo que le gustaba el color, el tejido o el corte. Sus tentáculos llegan a todas partes. En fin, el caso es que es la historia de una joven periodista (Ann Hathaway) que entra a trabajar como segunda ayudante de la Redactora Jefe (Meryl Streep) de Runway, una suerte de Vogue USA inventado con sede en Nueva York. No se explica muy bien qué hace ella ahí, que pasa totalmente de su aspecto y de su ropa, cuando todos los empleados de esa empresa van hechos un pincel, pero ahí está. A la pobre ayudante le tocan las tareas más desagradables e imposibles, y la Redactora Jefe sigue mirándola con mucho desdén e incluso insultándola directamente por el aspecto que tiene.
Todo cambia cuando la pequeña y descuidada ayudante se convierte en la gran y elegantísima ayudante gracias a un estilista de la revista, que la cubre de chaneles y diores cambiando su imagen totalmente. Ahí es cuando empieza a ser bien considerada y poco a poco llega a ser la ayudante preferida. Todo muy bonito y muy sencillo hasta que el final edulcorado y hollywoodiense te estropean la película, pero en general no está mal.
Lo más curioso es la relación de esclavitud que toda la revista tiene con la Redactora Jefe, que les encarga tareas como conseguir una copia del original del último Harry Potter para sus hijas, que le traiga un solomillo a las once de la mañana o que su jornada laboral empiece al alba y termine bien entrada la noche. ¿Dónde están los sindicatos? ¿Cómo puede ser que alguien contrate a un periodista y le encargue, no sólo que le suba el café diariamente, sino que haga sus tareas domésticas? Sabía que en Estados Unidos los trabajadores tenían más bien pocos derechos, pero en esta película todo resulta especialmente irreal por las animaladas que se les hace a los empleados. Espero que ningún director-redactor jefe de revista de moda española tome ejemplo, porque sería algo realmente trágico viendo cómo estamos acostumbrados aquí.
Pero bueno, no se le puede exigir mucho a una película destinada a divertir a grandes masas de gente en todo el mundo en una tarde cualquiera. Divierte, entretiene y enseña algunos de los zapatos y bolsos más bellos que he visto en la vida. ¿Se puede pedir más y gratis? 6