Hay que ver lo mal que pueden llegar a estar escritos ciertos libros de cocina, como ese que ha vendido tanto del Arguiñano inglés, Jamie Oliver, que seguir alguna de sus recetas se parece a leer un libro de ‘Elige tu propia Aventura’: a uno lo van enviando de página en página según los ingredientes seleccionados. Así que tras haber experimentado con su receta de Risotto de setas, aquí os colocamos la adaptación más de estar por casa que hemos hecho.
COMPOSICIÓN
1 litro de caldo de pollo o verduras en Tetra Brick (por supuesto vale el casero si alguien se atreve)
1 cucharada de aceite de oliva
2 cebollas medianas
2 dientes de ajo
400 gramos de arroz
1 vasito de vino blanco (del bueno)
1 bolita de mantequilla (así a ojo)
100 gramos de parmesano rallado
Unas cuantas setas
1 manojo de perejil
1 poquillo de pimentón
1 chorrito de zumo de limón (no os paséis con el limón, que luego no hay quien se coma las cosas)
Sal y pimienta negra
MODO DE EMPLEO
La receta original decía algo de que lo primero que hay que hacer es calentar el caldo. Como somos muy obedientes, lo hicimos, aunque no sé muy bien por qué. El caldo frío me da que iba a dar el mismo resultado. Pero para los puristas, pues eso, que el caldo a la olla y a calentar.
Mientras tanto, en una sartén se echan las cebollas picadas con el aceite de oliva. Se remueve durante 3 minutos y se echa el ajo picado. Se deja la cosa removiendo otros 2 minutos y entonces… se echa el arroz. El arroz primero se fríe, a fuego alto, venga remover en la sartén con todo hasta que se ponga un poco transparente. En ese preciso momento, y no en otro, se vierte el vino blanco. Y luego a darle otras vueltas más.
Si tenéis compañía, mientras alguien se dedica al arroz, otra persona que vaya lavando y cortando en tiras las setas. Hay que freírlas en aceite muy caliente junto con el romero. Lo que no recuerdo bien fue el tiempo que estuvieron, pero bueno, se les da un trascado y si están blanditas es que están, y si no, pues también. Aunque antes de sacarlas hay que dejarlas un minuto más con la sal, el pimentón, el chorrito de zumo de limón, un diente de ajo y el perejil, cosas que anteriormente habremos machacado en el mortero.
Ahora es cuando se baja el fuego y el caldo vuelve a entrar en acción. Si el vino ya se ha evaporado, se echa un cucharón de caldo al mejunje y las setas que hemos preparado anteriormente. Se remueve, se espera a que el arroz chupe el caldo y cuando ya no quede, otra vez se vuelve a echar caldo. Esto se repite unas cuantas veces, más o menos durante 20 minutos, hasta que ya no nos quede caldo que echar. Al final se supone que tenemos que probar que el arroz no esté duro, aunque si después de todo esto sigue tieso, ya no sé qué podéis hacer.
Para finalizar se aparta la sartén del fuego. Ponemos dentro los ingredientes que nos han sobrado a estas alturas, es decir, la bola de mantequilla y el parmesano (si os ha sobrado alguna cosa más es que habéis hecho algo mal). Se remueve todo y listo. Está bueno. De verdad.