Actualmente podemos encontrar en la cartelera nacional el proyecto en formato telefilm ‘En busca de la felicidad’. El manido basado en hechos reales nos trae una historia más de sobremesa televisiva que caería en el olvido rápidamente de no ser por la magnífica interpretación que nos brinda Will Smith. Podían haber escogido a cualquier actor para dar vida al protagonista del film. Pero la nominación a Mejor Actor Principal del para siempre en nuestras retinas Príncipe de Bel Air no está lanzada al tuntún pues el drama cobra vida gracias a la magia que éste desprende en cada secuencia del largometraje. Su propio hijo -brillante y resultón- da vida al hijo cinemátográfico sin ensuciar a su corta edad la reputación interpretativa de la familia.
Nos encontramos a principios de la década de los 80, San Francisco. Chris Gardner es un hombre sencillo que se gana la vida vendiendo sin demasiado éxito escáners óseos a consultas médicas. A cargo de un hijo al que no piensa abandonar bajo ninguna circunstancia se embarca en una aventura profesional donde no valen las medias tintas: hay que dar lo mejor, lo regular y lo peor de uno mismo sin esperar nada a cambio. Will Smith borda el papel de padre en apuros -apuros de los de verdad- y según se van sucediendo las desgracias el espectador puede llegar a conmoverse ante una miseria tan real como increíble llevándole a plantearse las más primarias motivaciones humanas.
La felicidad es algo efímero, quizá un estado palpable en muy contadas ocasiones, quizá tan solo dure unos pocos segundos. Pero el sacrificio y el haber aprendido a sobrevivir a las adversidades de un mundo donde el talento poco tiene que ver con el éxito, es lo que hacen, en último término, que esos segundos tengan la validez esperada. Telefilm de lujo para un drama de andar por casa sobre la felicidad y el verdadero valor de las cosas. 6,5