Hay algunas que ya deberían ser fijas en esta sección porque se repiten más que el ajo. ¿Es que no tengo nadie mejor de quien hablar? Síííí, pero es que Mary-Kate Olsen no para de obsequiarnos con looks tan imposibles que al menos uno hay que destacarlo. Si hace meses nos la encontramos de esta guisa paseando por Malibú, esta semana ha aparecido tal y como la veis en la imagen. ¿Qué ha pasado aquí? De todo y nada bueno.

Quien hiciera con su gemela de la adorable Michelle en aquella serie tan poco empalagosa de los ’90 es ahora una jovencita de veinte años -¿no jurarías que tiene como cuarenta, aunque sólo sea por la cantidad de tiempo que lleva en circulación?- que está en el ranking de los adolescentes más ricos del mundo, que ha pasado por una anorexia y alguna depresión que otra y que siempre aparece en algún tabloide sin demasiado motivo. Quizá todo esto la ha llevado a vestir como un auténtico adefesio, a maquillarse como una prostutitua del Este y a teñirse esas cuatro greñas de un rubio tan antinatural que ni Courtney Love. Sí, queridos, aunque no lo parezca, ese fantasma vestido de negro hasta los pies es Mary-Kate Olsen (¿en la sección de alcoholes? ¡Pero si hasta los veintiún años no es legal!) aunque también pueda parecer una zíngara que se ha colado en la foto, un personaje de ‘Los otros’ o una viuda negra. ¿Por qué la cinta del pelo? ¿Es para sujetarse la peluca?

Bueno, al menos con estas pintas imagino que se podrá divertir echándoles las cartas a sus amiguitas. O invocar a unos espíritus, a saber. ¡Mary-Kate, hija, que ya no se lleva el boho! ¡Ni el amortajarse para salir los viernes!